En entrevista con El País de España, el fotógrafo contó que la idea surgió por “una mala caída” que tuvo en bicicleta. Durante todo el trayecto sujetó un objeto (no reveló cuál) y en ningún momento se despegó de él. Agregó que “lo mismo le pasó a un amigo unas semanas después: se rompió una pierna para no dejar caer el teléfono entre las rocas del mar“.

Giordano indicó al diario que desde ese momento comenzó “a pensar que había algo patológico en nuestro apego a los objetos materiales“. Fue así como empezó a trabajar en su proyecto ‘In Extremis (bodies with no regret)’, que al español traduce ‘En extremo (cuerpos sin arrepentimiento)’.

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En sus fotografías se ve a la gente en el piso porque, justamente, habla “sobre un mundo que está cayendo”. El artista, que desde hace unos años vive en Barcelona, explicó al medio lo que quiso decir con eso:

“Elegimos dictadores que nos obligan a vivir en una democracia falsa que aceptamos en silencio. Provocamos guerras, desigualdades étnicas, destruimos la naturaleza y nuestras relaciones humanas, viviendo con los ojos pegados a una pantalla.

Añadió que las personas ahora se llenan “de cosas materiales y a menudo inútiles”. Por esa razón, en su trabajo intenta recrear la superabundancia, la “sobrecarga emocional y material, la que de repente ya no puedes contener y colapsas al suelo”.

El fotógrafo publicó las imágenes de ‘In Extremis’ en Instagram, donde tiene más de 107.000 seguidores. A continuación, algunas de ellas: