Además de entonar los temas ‘Pobre gorrión’ y ‘Llorando estoy’, de Esperanza Acevedo Ossa (nombre real de Vicky), los cantantes pertenecientes a la ‘Nueva Ola’ de esa época le dedicaron algunas palabras en el programa La Red.

Manuello describió a Vicky con dos palabras:

Esperanza y solidaridad. Yo no he encontrado en mi vida, entre todos los colegas, una persona más solidaria, más noble. Ella no podía ver un perrito en la calle porque se lo llevaba a la casa”.

Por su parte, Mariluz aseguró que la intérprete “era la gran amiga en ese momento del ‘Club del clan'” (programa colombiano de radio y televisión que impulsaba la carrera de nuevos cantantes). Asimismo, recordó que siempre “iba detrás de ella como para no perderme. Mi papá le decía ‘Vicky, por favor me cuidas la niña’ y entonces ella me cuidaba”.

Entre tanto, Christopher manifestó que “era una gran mujer, una gran compañera, una gran compositora, una gran cantautora y era una señora extremista: o te odiaba o te quería… A mi me amaba, yo era del grupo de ella”.

Por último, Fausto señaló que la relación entre ellos fue “muy buena, sobre todo en los últimos años, ya después de que falleció Óscar [Golden], que era su amor más profundo”.

En el programa de Caracol de Televisión, los cantantes de balada también hablaron un poco sobre el momento de gloria que compartieron junto a Vicky hace unos largos años. Manifestaron que sus temas llegaron a varias partes del mundo, como Nueva York, Chile, Miami, Los Ángeles e, incluso, Japón.

De acuerdo con Christopher, en esa época dorada su “música estaba al tope” y sonaban a la par con artistas extranjeros. Asimismo, dijo que cuando llegaban a los conciertos, “mucha gente iba con el disco para que nosotros se los autografiáramos”.

De hecho, dijo que las personas de los años 60 y 70 son tan fieles a ellos que cuando asisten a los grandes conciertos, todavía tienen los discos originales de esa época.

Mariluz añadió que cada vez que había un concierto, lograban llenar los coliseos:

Nosotros les inspirábamos tanto cariño, tanto amor, que cuando íbamos a pasar a los camerinos o íbamos a entrar al estadio, la policía nos tenía que resguardar porque siempre terminábamos con la ropa hecha tirones, como dicen”.

Y finalizó diciendo que “ese es el cariño de la gente; ellos hacen cosas por ti que ni tú te imaginas y tú no las estas pidiendo, es su propio deseo”.