El fin de semana el actor Anthony Hopkins sorprendió a sus casi cuatro millones de seguidores en Instagram al publicar un video en el que se ve bailando al ritmo de la cumbia ‘La pollera colorá’, icónica canción del folclore colombiano y latinoamericano.

En el clic se ve al protagonista ‘El silencio de los inocentes’ vistiendo una tradicional guayabera, pero con un estilo playero y un sombrero que va agitando al son de sus pasos.

Pero esta no es la primera vez que el famoso actor comparte algo así en sus redes, ya que en marzo se le vio balando un merengue del cantante Elvis Crespo mientras decía: “Soy colombiano”.

Muchos internautas se preguntan por qué el inglés ha demostrado cierta afinidad con la cultura Latinoamérica, y la respuesta es sencilla: está casado con una colombiana.

¿Quién es la esposa de Anthony Hopkins?

En 2001, cuando Anthony Hopkins aún estaba casado con su segunda esposa, Jennifer Lynton, conoció a Stella Arroyave en una tienda de antigüedades en la que ella trabajaba, y fue amor a primera vista.

El ganador de dos premios Óscar estaba en proceso de separación de Lynton, por lo que no dudó en involucrase sentimentalmente con la emigrante colombiana.

Arroyave causó una impresión inmediata en el hombre, ya que Hopkins le contó al Daily Mail que ella no caminó para saludarlo, sino que parecía bailar. A partir de ese momento, Hopkins y Arroyave comenzaron a salir hasta que, en 2003, se casaron.

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De acuerdo con el actor, la mujer lo salvó de una profunda depresión en la que se encontraba en ese momento y la calificó de “maravillosa”.

“Todos los días ella se despierta feliz. Es muy positiva con todo. Aprendí de ella a tomar la vida como viene. Así que vivo mi vida sin expectativas”, aseguró el artista.

Stella Arroyave, que ahora usa el apellido de su esposo, nació en Popayán. Al culminar sus estudios en Colombia, decidió iniciar una nueva vida en Nueva York, lugar al que llegó con la intensión de convertirse en abogada. Sin embargo, su verdadera pasión estaba en el cine, por lo que se mudó a Los Ángeles.

Allí abrió un negocio de antigüedades, lugar en el que conoció a Hopkins, y luego logró su sueño de ser actriz, productora de cine y escritora.

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