
Las estrategias para ejecutar estafas también tienen aspectos muchos más oscuros en el campo laboral y hay supuestos líderes que las saben ejecutar a la perfección cuando quieren manipular la decisión de un trabajador de continuar en una empresa.
El despido silencioso (o ‘quiet firing’) es una práctica insidiosa donde un jefe o una empresa, en lugar de ejecutar un despido formal con sus respectivas indemnizaciones y justificaciones, adopta una serie de comportamientos y acciones que buscan deteriorar las condiciones laborales del empleado hasta el punto de que este decida renunciar por sí mismo. Es una forma de acoso laboral indirecto, diseñada para forzar una salida voluntaria.
¿Cómo saber si un jefe empuja a renunciar con despido silencioso?
Para saber si un jefe está empujando a un empleado a un despido silencioso, hay que estar atento a varias señales clave:




- Disminución injustificada de responsabilidades: al empleado se le retiran proyectos importantes o desafiantes que solía manejar.
- Asignación de tareas menores o sin sentido: se le delegan funciones rutinarias, poco relevantes o muy por debajo de su cualificación, lo que genera una sensación de infrautilización y desvalorización.
- Falta de nuevas tareas: simplemente, deja de recibir nuevas asignaciones, lo que puede llevarlo a estar ocioso o con muy poco trabajo.
- Exclusión de proyectos y reuniones importantes: el empleado es omitido deliberadamente de comunicaciones clave, reuniones donde antes participaba, o proyectos estratégicos.
- Falta de retroalimentación y reconocimiento: no recibe evaluaciones de desempeño, comentarios sobre su trabajo o reconocimiento por sus logros, generando una sensación de invisibilidad.
- Ignorancia o trato frío: el jefe (y a veces los colegas, por inducción) puede empezar a ignorar al empleado, evitar la comunicación directa o mantener un trato distante y hostil.
- Negación de ascensos o aumentos salariales: el empleado es pasado por alto para promociones o mejoras salariales que le corresponderían, sin una justificación clara y objetiva.
- Falta de oportunidades de desarrollo profesional: no se le ofrecen capacitaciones, cursos o la posibilidad de participar en proyectos que impliquen crecimiento y mejora de habilidades.
- Cambio unilateral de horario o ubicación: se imponen turnos complicados o traslados a lugares menos convenientes sin negociación o justificación válida.
- Retirada gradual de recursos: se le restringe el acceso a herramientas, información, software o los medios necesarios para desempeñar su trabajo con normalidad.
- Microgestión o críticas constantes: el jefe puede volverse excesivamente controlador, supervisando cada detalle del trabajo de forma desproporcionada o criticando cada error sin un fin constructivo.
- Críticas permanentes o infundadas: el jefe busca constantemente errores o señala problemas sin fundamento, con el objetivo de menoscabar la autoestima del empleado.
- Comentarios descalificadores o humillantes: aunque no sea ‘mobbing’ directo, puede haber comentarios sutiles que busquen devaluar el trabajo o la persona.
El objetivo de estas tácticas es crear un ambiente tan incómodo, desmotivador o inviable que el empleado se sienta frustrado, desvalorizado y sin futuro en la empresa, impulsándolo a presentar su renuncia voluntaria. Esto permite a la empresa evitar los costos de un despido formal (indemnizaciones, trámites legales) y las posibles repercusiones en su reputación.
¿Cuáles son los pasos necesarios si un jefe impulsa un despido silencioso?
Si un jefe está impulsando un despido silencioso, es fundamental tomar medidas proactivas y estratégicas para proteger los derechos y el bienestar profesional. No quedarse de brazos cruzados es clave.
Esta es la primera y más importante acción. Mantén un registro meticuloso de cada incidente que consideres parte del despido silencioso.
- Fechas y horas: anotar cuándo ocurrió cada situación.
- Descripción específica: qué sucedió, quiénes estuvieron involucrados, qué se dijo o qué se dejó de hacer.
- Pruebas: guardar correos electrónicos, mensajes de texto, chats, capturas de pantalla, evaluaciones de desempeño anteriores, y cualquier documento que demuestre el rendimiento o los cambios en las responsabilidades.
- Testigos: si hay colegas que presenciaron las situaciones, anota sus nombres (sin presionarlos a testificar de inmediato, solo para tu registro).
Esta documentación será un respaldo si se deciden tomar acciones legales o internas.
Con la documentación en mano, pide una reunión con tu jefe para abordar tus preocupaciones de manera directa, pero profesional.
- Exponer la situación: preguntar sobre los cambios en las responsabilidades, la falta de retroalimentación, o la exclusión de proyectos.
- Buscar claridad: Pide objetivos claros y un plan de desarrollo.
- Mantener la calma: evitar acusaciones directas y concentrarse en los hechos y el impacto en el trabajo.
- Registrar la reunión: tomar notas detalladas de lo hablado, acuerdos o desacuerdos. Si es posible y legal, grabar la conversación (informando al jefe si es necesario).
Si la conversación con el jefe no produce resultados o si la situación empeora, es hora de acudir a Recursos Humanos (RR. HH.) o al departamento de Gestión del Talento.
- Presentar el caso: explica la situación de manera objetiva, apoyándote en la documentación que has recopilado.
- Pedir una mediación: solicitar que RR. HH. intervenga para resolver el conflicto o para clarificar el rol y condiciones.
- Conocer las políticas internas: informarse sobre los procedimientos de la empresa para tratar el acoso laboral o los conflictos entre empleados y directivos.
Si las gestiones internas no funcionan o si sientes que tus derechos están siendo vulnerados, es crucial consultar a un abogado especializado en derecho laboral.
- Evaluar el caso: un abogado podrá decirte si la situación se ajusta a la figura de acoso laboral (‘mobbing’) o si existen otras vías legales.
- Conocer los derechos: al informarse sobre las leyes laborales de Colombia (como la Ley 1010 de 2006 sobre acoso laboral), se ven opciones para una demanda y las posibles indemnizaciones.
- Preparar la estrategia: si se decide emprender acciones legales, el abogado guiará en cada paso.
El despido silencioso puede ser muy desgastante emocionalmente. Por eso hay pasos claves a seguir en ese sentido emocional:
- No aislarse: hablar con amigos, familiares o un terapeuta sobre lo que se está viviendo.
- Mantener la productividad: seguir cumpliendo con las tareas lo mejor posible, para no dar excusas válidas para un despido formal.
- Actualizar currículum y busca nuevas oportunidades: paralelamente a los pasos anteriores, empezar a buscar activamente un nuevo empleo. Estar preparado para una salida dará mayor tranquilidad y poder de decisión.
Tomar estas acciones permitirá no solo defenderse, sino también salir de una situación laboral tóxica de la mejor manera posible.
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