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La tarde del pasado miércoles 2 de marzo fue sui géneris para Cartago, un pequeño municipio de 120.000 habitantes, recordado tristemente porque fue sede del temido y extinto cartel del Norte del Valle.

La paradoja de esa tarde radicó en que mientras el expresidente Álvaro Uribe volanteaba por una de sus calles céntricas, la hija de uno de los caciques políticos más poderosos del suroeste colombiano lideraba una reunión de campaña en el auditorio de un hotel de esa ciudad.

Se trató de Lina del Pilar Martínez García, candidata a la Cámara de Representantes por la circunscripción especial de las negritudes. Ella fue avalada por el Consejo Comunitario de la vereda Limones en Buenaventura (Valle).

Como dato curioso, ese consejo comunitario es el mismo al que perteneció la exreina Vanessa Mendoza, quien fue designada representante a la Cámara en 2017, tras el asesinato del titular de las comunidades afrocolombianas por el Valle, el abogado Moisés Orozco Vicuña.

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Es claro que en Colombia no existe el delito de sangre y que la joven Martínez García está habilitada para aspirar y ser elegida. Tiene 27 años, es madre de un niño, se graduó como abogada de la Universidad Santiago de Cali y cuenta con una especialización en derecho comercial.

Lo llamativo de su postulación y campaña es que todo indicaría que en realidad se trataría de una forma de hacer política en cuerpo ajeno, con la misma estructura, maquinaria y alianzas que tuvo en el pasado su padre, el polémico Juan Carlos Martínez Sinisterra.

“Yo creo que la independencia es la base fundamental en los procesos. Cuando uno convoca a una comunidad y no se debe a la decisión propia, sino de unos patrones políticos, pues eso no tiene ninguna razón de ser, no tiene ninguna importancia”, dijo Martínez Sinisterra durante una entrevista a un medio local de Cartago.

“Yo pienso que la política requiere independencia y ella (Lina Martínez) ha aprendido bien eso y creo que así lo va a hacer. Yo no estoy al frente del proyecto, pero la acompaño y cualquier recomendación que ella me pida, se la estaré dando permanentemente”, añadió el exsenador en la misma entrevista.

Diario Criterio investigó la candidatura de la hija del Negro Martínez y encontró varios elementos que infieren que, pese a la negación pública de sus vínculos, el condenado parapolítico es en realidad quien mueve los hilos de la campaña.

Por ejemplo, puso a rodar su antigua maquinaria electoral y habría sellado alianzas polémicas con la casa Char de Barranquilla, el exalcalde de Cali Apolinar Salcedo y el controvertido Laureano Acuña, más recordado como el ‘gato volador’ en el escándalo de Aida Merlano y la compra de votos en Barranquilla.

En el nombre del padre…

Juan Carlos Martínez Sinisterra. Foto: El Heraldo

Juan Carlos Martínez Sinisterra era considerado el barón electoral en el Valle del Cauca.

Tuvo a cientos de concejales, decenas de alcaldes, gobernadores y algunos congresistas. Todos bajo el amparo de su fábrica de avales que arrancó con el Movimiento Popular Unido (MPU) que nació en 2002, pasando por el Movimiento de Inclusión y Oportunidades (MIO), Afrovides y el Partido de Integración Nacional (PIN).

Luego de los escándalos por parapolítica y narcopolítica, prefirió trastearse hacia otros partidos igual de controversiales como Convergencia Ciudadana y Opción Ciudadana.

No importaba el aval que llevara, su poder político seguía en ascenso e intacto hasta 2011 cuando la Corte Suprema de Justicia lo capturó y condenó a 90 meses de prisión por concierto para delinquir y promover la conformación de grupos paramilitares.

Lo insólito es que desde la cárcel seguía manejando los hilos políticos en Valle, Cauca, Nariño y amasando su poder a través de la contratación pública. Fue el Negro Martínez quien hizo célebre la frase “Es mejor negocio la política que el narcotráfico. La plata que deja una alcaldía no la deja un embarque”, según le oyeron decir cuando estaba preso en La Picota en el pabellón de los parapolíticos.

Martínez Sinisterra se salvó de otro lío judicial por narcopolítica, porque la investigación de la Fiscalía prescribió. En ella lo indagaban por haber recibido 300 millones de pesos de Ariel Rodríguez, alias el Diablo, un temido lugarteniente del capo Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, jefe del cartel del Norte del Valle.

El Diablo fue asesinado en 2004 en una finca de Bello (Antioquia); jamás encontraron su cuerpo porque fue picado e introducido en una caneca con ácido. Y su jefe, alias Rasguño, fue capturado en Cuba en 2013 y extraditado a Estados Unidos donde paga una condena de 30 años.

Al Negro Martínez también lo relacionan con el capo Olmes Durán Ibargüen, más conocido como el Señor del Pacífico. Aunque Durán Ibargüen fue extraditado y condenado, versiones de algunos portales de prensa aseguran que ya recobró su libertad y se encuentra en Colombia.

De la conexión Martínez Sinisterra–Durán Ibargüen se supo luego que la otrora revista Cambio publicara una investigación en la que reveló que el senador fue el padrino de bodas del narcotraficante en una fiesta de dos días que se celebró en 2003 en Pizarro (Chocó).

Ese hecho, sumado a las interceptaciones de las autoridades a los celulares, permitió concluir por qué ambos se trataban como padrino y ahijado.

Martínez Sinisterra también fue condenado por el intento de fraude electoral en las elecciones atípicas para gobernador del Valle en 2012. En su momento, ese escándalo se conoció como el de la ‘Registraduría paralela’.

Para entonces, la Fiscalía reveló que un grupo conformado por funcionarios y exfuncionarios de la Registraduría le vendió ‘sus servicios’ a la campaña del entonces candidato a la Gobernación del Valle Francined Cano, ficha política de Martínez Sinisterra.

Las cuentas no tan claras de Lina Martínez

Por todos esos antecedentes llama la atención la candidatura de Lina Martínez, hija de Juan Carlos Martínez Sinisterra.

Existen varios motivos para encender las alertas. Por un lado, es claro que la mano del Negro Martínez está presente en esa campaña.

Lina Martínez y su papá Juan Carlos Martínez Sinisterra

Basta revisar el archivo fotográfico y las alianzas de esta campaña para concluir que su hija se está apoyando en la misma estructura política que el padre tenía en otrora y la cual mantuvo pese a que estuvo en prisión.

Solo por citar un caso concreto de los muchos que existen. En Cartago (Valle), el jefe de debate de Lina Martínez es Rigo Alexánder Vega, un joven político de ese municipio que fue concejal y diputado, siempre bajo el amparo y padrinazgo del Negro Martínez.

 

Lina Martínez y Rigo Vega. Foto: especial.

Otro hecho llamativo de la campaña de Lina Martínez es que este año hizo un recorrido maratónico por todo el país. Según los registros públicos y de sus redes, ella visitó 37 municipios de 16 departamentos en tan solo dos meses.

Cabe recordar que, en el caso de la circunscripción especial por negritudes, los candidatos pueden buscar votos en todas las regiones del país.

Sin embargo, en el aplicativo Cuentas Claras del Consejo Nacional Electoral (CNE) la candidata Martínez García solo ha reportado ingresos por 50 millones de pesos y gastos de su campaña por solo 14.633.000 pesos.

Cuentas Claras CNE

Lo mismo sucede con las otras dos personas que acompañan su lista por el consejo comunitario de Limones. Se trata de los candidatos Efrén Hernández Noviteño y María Colombia Zúñiga Hinestroza. Ellos no registran ingresos ni gastos en sus campañas.

Hernández Noviteño fue director de Asuntos Étnicos de la Gobernación del Valle durante el gobierno del destituido Héctor Fabio Useche, ficha política de Martínez Sinisterra. Mientras que Zúñiga Hinestroza ha sido contratista de la Alcaldía de Buenaventura.

Lo insólito es que el consejo comunitario de Limones, sus candidatos y gerentes de campaña ya fueron sancionados en 2021 con multas por el CNE, por el mismo problema: no reportar los ingresos y gastos de las campañas de sus candidatos para las elecciones de 2018.

Sanción CNE, Consejo Comunitario Limones

¿Alianzas non sanctas?

Aunque la joven Lina Martínez aún no arranca su carrera política, ya suma algunos lunares por cuenta de los apoyos y alianzas.

Por ejemplo, en Cali la han visto junto al polémico exalcalde Apolinar Salcedo, destituido por la Procuraduría en 2006 y sancionado durante 16 años para ejercer cargos públicos por la firma del controvertido contrato con la sociedad ‘Sí Cali’ para manejar la base de datos y el recaudo de impuesto predial en la capital del Valle.

Lina Martínez y Apolinar Salcedo

Líderes políticos de Buenaventura consultados por Diario Criterio aseguraron que en esa ciudad portuaria la hija del Negro Martínez invita a votar al Senado por el conservador Nicolás Echeverry, actual representante a la Cámara por Antioquia.

No se puede olvidar que precisamente otro aspirante conservador, Laureano Acuña Díaz, es el protagonista del escándalo que reveló el abogado Miguel Ángel del Río, en el que se le escucha en un audio hablar de la compra de al menos 70.000 votos en su departamento, Atlántico, “y ponemos unos voticos al Negro Martínez”, se le escucha decir.

Justamente en Barranquilla, la hija de Martínez Sinisterra concretó otra alianza un poco extraña. Todo indicaría que en el Atlántico hizo fórmula con el aspirante al Senado Fabián Castillo, avalado por Cambio Radical y reconocido alfil político de la casa electoral que lidera Alejando Char.

Tal vez Lina Martínez no se merezca el estigma por ser la hija de un parapolítico señalado por sus presuntos nexos con reconocidos narcotraficantes. Pero cuando le preguntan qué experiencia tiene, ella siempre alude, sin más detalles, que fue gerente de una pescadería familiar.

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