Al igual que en las elecciones de 2018, los partidos tradicionales fueron las campañas con mayor financiación. Este domingo pagaron buses en El Carmen de Atrato y mototaxis en Tadó. También dieron comida a los electores.

Durante la jornada electoral en estos municipios chocoanos, se repitieron escenas de años anteriores: los partidos tradicionales movieron su maquinaria a favor de los candidatos liberales Nilton Córdoba y Yoani Carlos Alberto Palacios, “Domingo”, y Astrid Sánchez, a la Cámara por el Partido de la U. Estos candidatos visitaron los municipios hace algunas semanas y este domingo sus líderes políticos territoriales movieron la elección.

En Tadó pagaron los votos en efectivo y dieron refrigerios. Para la Cámara el costo del voto comenzó en 40.000 pesos en la mañana y al transcurrir el día bajó hasta llegar a 10.000 pesos. El de Senado lo pagaron a 30.000. En el caso del Partido Liberal, el paquete de Senado y Cámara por los candidatos “Domingo” y Córdoba valía hasta 80.000 pesos. También hubo mototaxis pagados para movilizar electores.

Algunos electores le dijeron a Consonante que los votos que compraron fueron para Omar Vidal, Astrid Sánchez, Domingo y Gilder Palacios. Aseguran que en varias de estas campañas quienes pagan por el voto son personas adineradas del municipio que les deben favores a los políticos.

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Sin embargo, esta vez la compra de votos se dio la noche antes de la elección. “Yo salí a buscar que comer alrededor de las 11, cuando en varios puntos vi personas reunidas bebiendo sin importarles la ley seca, estuvo más movido que el viernes… Eso es la maquinaria política moviéndose”, dijo un ciudadano.

Tal vez por ese motivo, este domingo las transacciones no fueron tan públicas como en otras ocasiones. La Policía, por su parte, hizo rondas por diferentes zonas del municipio constantemente.

En la zona rural, al parecer, no hubo compra masiva de votos. En la vereda El Tabor, a 40 minutos del casco urbano en moto, se presentaron pocos votantes en comparación con elecciones anteriores. Algunas personas manifestaron que esto se debió a que los partidos políticos no pagaron por los votos como tradicionalmente lo hacían. Varios de los votantes de esta población afro explicaron que no tenían “compromisos” con ningún partido.

En las tres mesas habilitadas en esta comunidad la participación mayoritaria fue de población indígena de las comunidades Mondó, Tarena y Selenio. Según una fuente del territorio, los candidatos se concentraron más en los jurados, pagándoles o “amarrándolos” con promesas para los futuros meses y años.

En El Carmen de Atrato la maquinaria se movió con transporte. Los mismos partidos políticos movilizaron alrededor de 1.200 personas desde la zona rural para ir a votar al casco urbano. Una votante de la vereda El Porvenir le contó a Consonante que, en su caso, el partido Liberal le pagó el transporte. Además, le dieron como refrigerio un pan con gaseosa. Durante la jornada, los dos partidos políticos repartieron fichas para reclamar almuerzos, pero solo para las personas que llegaron en la mañana.

Esto, según los habitantes del municipio, pasa en todas las elecciones. De hecho, muchas personas no salen a votar si algún partido no les garantiza el transporte, como le explicó a este medio un representante legal de una comunidad indígena. Sin embargo, algunos carmeleños y carmeleñas aseguraron que salieron a votar “para ver si algún día hay un cambio”.

La seguridad estuvo garantizada por unos quince oficiales de la Policía Nacional que estuvieron distribuidos en tres puestos de control en la zona urbana. En la zona rural, hubo mesas en las veredas Guaduas y Piñón, en el corregimiento de La Mansa y en el sector El Dieciocho.