La Superintendencia de Sociedades dio a conocer que no se logró salvar una empresa icónica del sector de consumo masivo y de limpieza. Incluso, se conoció que, desde el año pasado, se vienen registrando despidos masivos en esa compañía.
Se trata de Marchen S.A., una empresa dedicada, principalmente, a la fabricación de productos para empresas de consumo masivo en específico a la fabricación de jabones, detergentes, productos de tocador y cosméticos.
“La medida fue adoptada luego de verificar la imposibilidad de ejecución del acuerdo de reorganización, tras el seguimiento técnico realizado por la Entidad al cumplimiento de los compromisos pactados”, señala la decisión.
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Durante la diligencia, dice el ente regulador, también se evidenció la falta de presentación oportuna de información financiera obligatoria, “así como la ausencia de resultados concretos en las gestiones adelantadas por la compañía para reestructurar su operación”.
Como se mencionó, se trata de Marchen S.A., una compañía que comenzó labores hace más de dos décadas y se ha destacado en diferentes sectores, con producción de elementos de limpieza y hogar. Tenía presencia en Bogotá y otras ciudades.
“Marchen S.A. nace en 1997 como respuesta a la necesidad del mercado para comercializar productos de una gran línea del consumo masivo. Incursionamos con productos para el cuidado del hogar como detergente para ropa, esponjillas y jabones. Hoy con más de 20 años de experiencia, nos hemos convertido en la mejor alternativa de calidad a un menor precio llevando en alto una de nuestras grandes líneas de consumo: Sal mi Sal, la única sal extraída de las minas de Nemocón y Zipaquirá”, dice en la página web de la empresa.
¿Qué es un proceso de reorganización de la Supersociedades?
Es un instrumento legal que permite a una empresa en dificultades financieras renegociar sus deudas y compromisos con sus acreedores bajo la supervisión de la Superintendencia de Sociedades. Su objetivo principal no es liquidar la compañía, sino sanear sus finanzas, reestructurar su operación, administración, activos o pasivos, y así garantizar su continuidad. Es una oportunidad para que la empresa redefina su camino, evitando la quiebra y sus consecuencias negativas para los empleados, proveedores, clientes y la economía en general.
Las razones que pueden llevar a una empresa a una situación de insolvencia y, por ende, a considerar un proceso de reorganización, son diversas. Factores como la disminución drástica de las ventas, el incumplimiento en el pago por parte de clientes, una mala gestión financiera, el sobreendeudamiento, el aumento descontrolado de gastos operativos, o incluso eventos económicos externos imprevistos (como crisis sanitarias o recesiones), pueden precipitar una situación crítica.
Pese a los esfuerzos, esta compañía en mención será liquidada, lo que denota que no logró llevar a buen fin el proceso de reorganización iniciado meses atrás.
“La liquidación judicial es una medida que permite cerrar de forma responsable sociedades que ya no son viables, protegiendo los derechos de los involucrados y promoviendo procesos técnicos. Desde la entidad, seguiremos ejerciendo nuestra labor con rigor y compromiso, orientados siempre a la defensa del interés general”, sentenció el Superintendente de Sociedades, Billy Escobar.
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