El pasado 25 de junio fue sancionada la reforma laboral por el presidente Gustavo Petro, lo que marca un cambio sustancial en las condiciones laborales en Colombia. Esta reforma introduce modificaciones que se aplicarán tanto de manera inmediata como gradual, dependiendo de cada disposición contenida en el articulado.
Aunque gran parte del debate público se ha centrado en aspectos como el incremento de los recargos nocturnos y las condiciones de pago para quienes laboran en domingos y días festivos, hay otros puntos de la reforma que también resultan significativos. Uno de ellos es el artículo 19, que contempla beneficios para las personas privadas de la libertad, orientados a su proceso de resocialización y futura reintegración al mercado laboral.
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En concreto, dicho artículo establece que los internos en los centros penitenciarios del país podrán redimir dos días de su condena por cada tres días de trabajo realizado dentro del sistema carcelario. Esta medida tiene como propósito incentivar el trabajo productivo dentro de los establecimientos de reclusión, promoviendo no solo la ocupación del tiempo, sino también el desarrollo de competencias laborales.





¿Cómo será los beneficios para las personas privadas de la libertad con la nueva reforma?
Además, el artículo señala que estas labores serán reconocidas como experiencia laboral válida. Esto representa un paso importante hacia la inclusión social, ya que facilitará que las personas que hayan estado en prisión puedan acceder a oportunidades laborales una vez hayan cumplido su condena. El reconocimiento formal de dicha experiencia podría ser determinante al momento de buscar empleo, al otorgar respaldo sobre las habilidades adquiridas durante el tiempo de reclusión.
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De acuerdo con el Gobierno, esta iniciativa responde a la necesidad de fortalecer una visión integral del sistema penitenciario, donde el trabajo se convierta en un eje central para la resocialización. Se busca que las actividades desarrolladas por los reclusos dentro de los centros carcelarios no solo contribuyan a la redención de la pena, sino que también fomenten el reconocimiento personal, el aprendizaje y la dignificación de quienes están privados de la libertad.
La implementación de esta medida también plantea retos institucionales, como la garantía de condiciones dignas de trabajo dentro de los establecimientos penitenciarios, la supervisión de las actividades laborales y la adecuada certificación de las competencias adquiridas.
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