El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
Se reveló recientemente que, durante el mes de febrero, las tarifas del gas natural en Colombia experimentarán un incremento del 36 %, según lo informado por la empresa Vanti. El ajuste, que afectará a usuarios residenciales, comerciales e industriales en varias regiones del país, dio de qué hablar el pasado miércoles y fue catalogado por el gobierno nacional como una situación “injustificada”.
El anuncio del aumento en los precios de este servicio público, que afecta a múltiples sectores del mercado, ha sido objeto de discusión en todo el país. El incremento ha encendido las alarmas y ha llevado a los diferentes actores involucrados a comenzar a trazar estrategias para mitigar el impacto. La situación está directamente relacionada con “la necesidad de importar el recurso para cubrir la creciente demanda y el aumento en los costos del transporte”, según lo expuesto por la empresa proveedora del servicio, lo que ha generado un escenario complejo que exige respuestas urgentes tanto por parte del gobierno como de los empresarios.
(Lea también: Golpe al bolsillo de miles de conductores en Colombia: combustible se pondrá más caro)
De qué manera afecta el aumento del gas al sector restaurantero en Colombia
La situación tiene un impacto significativo, teniendo en cuenta que este sector es uno de los más sensibles a cambios en los costos de insumos y servicios. Según La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) “la industria gastronómica constituye un 8 % de la fuerza laboral en el país y aporta aproximadamente un 3,9 % al Producto Interno Bruto (PIB)”, datos que también son soportados por las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) quienes han corroborado que “los establecimientos como bares, gastrobares y discotecas en Colombia son responsables de la creación de aproximadamente 96 mil empleos mensuales en el país”.
El incremento en los costos operativos de los establecimientos, dependen del gas para la preparación de alimentos. Esto puede llevar a que los restaurantes ajusten sus precios, trasladando parte de este aumento al consumidor, lo cual puede generar una reacción negativa entre los clientes. A esto se suma también que los restaurantes se vean obligados a buscar maneras de reducir el consumo del servicio, invirtiendo, por ejemplo, en tecnologías más eficientes o en ajustar sus horarios de cocina, lo cual representa un desafío, sobre todo para los pequeños negocios que no siempre cuentan con los recursos necesarios.
¿Qué estrategias tomarán algunos restaurantes ante alza del gas?
Carlos Ibáñez, el chef santandereano líder de cocina del restaurante Cotiza Longaniza, en Bucaramanga y Bogotá, afirma que con esta medida “definitivamente hay que mirar números y revisar bien, pero lo más seguro es que esta medida afecte los precios del menú. Nuestras rentabilidades en la industria gastronómica no son tan grandes como para poder asumir el porcentaje completo del incremento de la factura del gas, así que entraremos a revisar costos. Esta mañana muy temprano me levanté con la noticia y le escribí a los diferentes administradores de los restaurantes para hacer un nuevo costeo con el incremento y mirar si nos toca subirle a los precios. El empresario gastronómico ya no aguanta más, hemos tenido que aceptar una cantidad importante de incrementos, especialmente el de inflación y no hemos podido subirle lo mismo que nos suben a nosotros al cliente final, esto haría que nos saliéramos del mercado y este no estaría dispuesto a pagar precios tan altos en los restaurantes”.
Por su parte, José “El Chato” Barbosa, chef del restaurante Los Hijos de Sancho, en Barranquilla, y deIndias, en Cartagena, cuenta que con la reciente situación “intentaría ajustar otros costos y ver cómo me gano ese porcentaje en mayor aprovechamiento de uso del carbón y de las materias primas. Acá en la Costa ya tenemos mucho trabajo con el tema de la energía que es abrupto y que si sigue así terminará haciendo que desaparezcan restaurantes o que la gente no quiera asistir, mientras nosotros tenemos que seguirnos ajustando desde nuestros negocios al alza en los servicios”.
Esta situación también puede generar una contraste en la competitividad del sector, donde los restaurantes más grandes pueden tener la ventaja de negociar mejores tarifas o invertir en soluciones energéticas, mientras que los pequeños tendrán que regirse por la normativa, afectando la experiencia del cliente y viéndose forzados a reducir la variedad del menú o los estándares de calidad para hacer frente al incremento en los costos.
Jaime David Rodríguez, chef del restaurante Celele, en Cartagena, también pone sobre la mesa las estrategias casi inmediatas que deben tomar en su establecimiento, manifestando que “tendrán que reajustar los precios como lo han venido haciendo con las alzas que se han ido dando en los servicios y en el mismo sector, incluso con las materias primas que usamos en el restaurante”.
No obstante, hay otras opiniones como la del chef cartagenero Charlie Otero de la cocina de El Charlie O, que pese a diferentes situaciones que se presentan en el sector no acostumbra a subir los precios “porque si sube la papa, el arroz o lo que sea, debo tener contemplados aumentos posibles a la canasta del restaurante desde el momento que pongo los precios, eso tiene que incluir la mano de obra, la luz, el gas, el agua. Es que no se pueden estar aumentando las cosas porque los clientes no entienden que todo va subiendo, uno hace esa proyección semestralmente, esa debería ser lo ideal, porque quienes ven que los precios suben constantemente, desconfían porque creen que se suben aleatoriamente solamente por ganar más. Yo lo hago así, reviso números y con lo que traiga la industria ajusto mi proyección”, comenta.
(Vea también: Ciudades en las que factura de gas se disparará y pondrá a padecer el bolsillo de millones)
En la misma línea va Jacobo Bonilla, chef del restaurante bogotano Debora quien expone que “todo debe ser mitad mitad, hay que mirar de qué forma se puede amortiguar esa subienda, quizá en un 10 %, pero no en el valor que “exige la industria”, siempre hay que revisar cómo se puede maniobrar desde otros lados o definitivamente asumirlo, sin perjudicar de una forma tan tajante al consumidor, que al final es quien hace rentable nuestro negocio dentro del mercado”.
Así las cosas, el aumento en la tarifa de gas en el país afecta de manera directa a los restaurantes, impactando tanto sus costos operativos como en la experiencia que ofrecen a los clientes. Estas decisiones pueden generar una presión económica sobre el sector, obligando a los establecimientos a adaptar sus estrategias de precios y servicio, casi que de forma inmediata para hacerle frente a la situación.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO