Una respuesta a dicha pregunta la publicó el diario El Comercio, de Perú, que asegura que el alto precio está relacionado con que el cine tiene un cobro fijo asociado a la entrada; y otro cobro fluctuante que se determina directamente de lo que las personas consuman en la sala.

Ese medio cita un estudio hecho por la Universidad de Stanford, que asegura que al precio de la entrada a cine está determinado también por los costos de mantenimiento de las salas en factores como limpieza, maquinaria, aire acondicionado y demás. Además, por los derechos que pagan al estudio que produce cada película.

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“Se estima que en las primeras 4 o 5 semanas de proyección de una película, el estudio se lleva el 70% de la taquilla. Pasado ese lapso, el cine es quien se lleva la mayor parte; pero para ese momento el número de espectadores ha caído de manera importante”, asegura ese medio peruano.

Según la Universidad, la necesidad de las empresas que tienen salas de cine es no depender, en mayor parte, de las ganancias por las entradas porque, como se mencionó, no son en un 100 % para el negocio.

En contraste, lo que se vende por dulces, crispetas, perros calientes y demás sí van de lleno como ingresos y ganancias de las empresas propietarias de las salas de cine.