Mientras este domingo por la calzada de la carrera Quinta que va hacia El Salado las reinas y comparsas mostraban su mejor versión, por la que va en sentido al Centro los emprendedores vendían sus productos; con buena atención se encargaban de los clientes. Afortunadamente el clima fue favorable.

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Y es que luego de dos años de restricciones de la pandemia, los comerciantes, la mayoría informales, siguen necesitando espacios para recuperar ese tiempo en el que el encierro les afectó el bolsillo.

Hasta de otras regiones llegaron personas a vender comida y ropa.

 

La silla para ver mejor

 

Don Arnold Cordero se describe como un emprendedor empedernido, que le gusta “vivir bien y sabroso”. Tiene una tienda de ropa deportiva en el Centro de La Musical, pero desde hace varios años encontró en las fiestas una oportunidad para ganar un dinerito extra a través de la venta de sillas, un elemento muy útil en los desfiles puesto que tiene dos usos: para sentarse, si se alcanza un espacio al lado de la avenida Quinta, o para subirse en ellas y tener mejor vista, si las personas no alcanzan un buen lugar para observar.

Hacia el mediodía del domingo, ya había vendido 60 sillas plásticas. Su meta era vender más de 100 y superar la venta de hace tres años. Una silla valía 15 mil pesos y dos 25 mil.

Las Delicias de ‘La Mona’

 

 

María Helena Garzón completa un año vendiendo arepas y fritanga en la carrera Quinta con calle 25, de Ibagué. En diálogo con Q’HUBO, contó que antes de la pandemia vendía fruta, también en la calle, pero intentó con las arepas y le ha ido muy bien. Las fiestas fueron para ella “una bendición”. Eso sí, le tocó duro; contrató hasta a sus familiares para que le ayudaran a atender la clientela. El esfuerzo dio frutos, pues según ella, el 24 de junio y 3 de julio le dejó buena ganancia.

“El 24 de junio, trabajamos de 9 de la mañana a 5:30 de la tarde y vendimos todo: morcilla, empanadas, pinchos, longaniza, perniles de pollo, mazorca y tamales. La venta de las fiestas es como un ingreso extra para mí porque soy vendedora estacionaria. Todos los días saco el puesto aquí. Hoy (ayer) las ventas han sido mejor”, expresó la señora. El negocio, que poco a poco se ha ido acreditando, se llama Las Delicias de ‘La Mona’.

 

Se le tenía hasta ropa

 

 

Una familia bogotana llegó a La Musical a vender ropa en el desfile. Contaron que ellos la fabrican y una buena vitrina son las fiestas municipales. Recorren muchas partes del país vendiendo sus prendas. A Ibagué trajeron blusas y ‘bodys’. Señalaron que les había ido muy bien.

 

Para endulzar el San Pedro 

 

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José Luis Ramírez lleva años recorriendo la Capital del Tolima vendiendo coco y productos derivados de esta fruta, como la cocada. El dulce, fue lo que más vendió en San Juan y San Pedro. Explicó que una pariente suya es quien fabrica la cocada, que también se distribuye y vende en diferentes negocios de la ciudad. Además reciben pedidos para fiestas o celebraciones.