El Partido Liberal fue la primera colectividad que hace parte de la bancada de gobierno en plantear críticas y dudas sobre la reforma tributaria del Gobierno. El líder del partido, el expresidente César Gaviria, y varios congresistas liberales plantearon varias líneas rojas para mantener su apoyo a la reforma clave para el primer año de mandato del presidente Gustavo Petro. Ese fue el punto de partida para que otros partidos tradicionales del oficialismo, como la U y el Conservador, anunciaran su voto negativo a ciertos puntos de la reforma fiscal que pretende un recaudo cercano a los $22 billones. (Vea también: Minhacienda se echó al agua con reforma tributaria: “Está virtualmente aprobada”)

Los congresistas del trapo rojo se vienen reuniendo con frecuencia desde hace un par de semanas, para discutir sus dudas y plantear posibles soluciones al Gobierno. Tras un encuentro de la bancada la semana pasada se acordó la creación de una subcomisión, que se reunió el jueves con el Gobierno para ponerle sobre la mesa los puntos que no van a apoyar al considerar que afectan “a los menos favorecidos, a la clase media, a Ecopetrol y al sector productivo” del país.

Al término del encuentro, de acuerdo con parlamentarios liberales, hubo “avances” sobre sus consideraciones. De hecho, hubo varios acuerdos con los que se llegará al segundo debate del proyecto, que debería darse a mediados de la próxima semana. El primer acuerdo fue el ya anunciado esta semana por el presidente Petro: en la reforma no se incluirá el impuesto a las megapensiones. Ese fue el convenio al que llegó el Gobierno no solo con los liberales, sino con varias bancadas, pues era uno de los puntos de desacuerdo en que la mayoría de partidos coincidían. (Le puede interesar: Gobierno confirma cuáles evasores de impuestos irían a la cárcel, si se aprueba tributaria)

Otros puntos que se pactaron en el encuentro fue el retiro del impuesto a las iglesias. Esto, según la bancada liberal, siempre y cuando “los recursos de las mismas sean reinvertidos en su objeto social”. Este ha sido uno de los temas de mayor debate sobre la reforma, no solo entre la bancada roja sino en general en el Congreso. Incluso en el partido hubo una votación interna para conocer la postura de los congresistas y el resultado fue de 41 votos en contra de los impuestos a las iglesias. Apenas seis parlamentarios de la colectividad apoyaron este tributo.

Tampoco habrá impuestos al comercio electrónico. Un sector que para el liberalismo es clave al estar en boga y de cuya cadena comercial dependen tres millones de colombianos, según mencionó el senador Juan Pablo Gallo, uno de los voceros de la comisión liberal que discute los reparos a la reforma fiscal.

Proteger profesiones independientes, cuando sus ingresos anuales sean menores a $500 millones; eliminar beneficios exclusivos a la industria cinematográfica y ampliarlos a todos los sectores artísticos y culturales; eliminar restricciones a las donaciones sin ánimo de lucro para proteger la cultura, el deporte, la ciencia y la tecnología; y mantener beneficios a las zonas francas, fueron los otros puntos que se pactaron luego de la reunión de la bancada liberal con el Gobierno.

A pesar de esta primera convergencia, la bancada liberal mantiene su postura negativa en otros aspectos y seguirá buscando salidas sobre el ICA y el 4 x 1.000 y los llamados “impuestos saludables” que plantean tributos a ciertos alimentos ultraprocesados. Además de eso, desde la bancada insistieron en que el Gobierno presente un resumen detallado sobre la inversión que se hará con los más de $20 billones que se recaudarán con la reforma.