Santiago López representó al sector privado en la Conferencia Regional para América Latina y el Caribe de la FAO, donde expuso su preocupación por la desigualdad de Latinoamérica.

El Nuevo Día: ¿Cuál es su vínculo con Ibagué?

Santiago López: Nací en Ibagué y viví toda mi infancia en el barrio Cádiz, el cual me regaló la imagen eterna de la gente bajando por la 37 para ir al estadio a ver a nuestro Deportes Tolima. Estudié primaria y bachillerato en el San Bonifacio, allí hice los mejores amigos. He vivido toda mi vida entre Ibagué, Bogotá y, en algunas oportunidades, por fuera del país.

E.N.D.: ¿Cuál es su trayectoria laboral y cómo llegó a ser Director Ejecutivo del Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (Icba) para América Latina y el Caribe?

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S.L.: Conté con la oportunidad de acceder a una beca para realizar una maestría en Derecho Internacional de Inversiones y Comercio en Alemania, y al regresar al Tolima estábamos en medio del debate sobre TLC, clave para nuestra región en temas como arroz, pollo, maíz y algodón. Esto me permitió entrar como asesor en el Congreso donde pude transmitir ideas, reparos y sugerencias, y de paso aprender del mundo legislativo.

Después tuve la fortuna de entrar a la actividad gremial y tener la tutoría de Javier Díaz Molina -tolimense-, quien me dio la oportunidad de ejercer como Director de Asuntos Legales en la Analdex.

Entré a la Andi tres años después, y allí, por seis años, dirigí la Cámara de la Industria de Bebidas. Fue un gran reto dado que debía articular un sector que representa alrededor del 74% del mercado de bebidas en Colombia y genera más de 93 mil empleos directos, así como indirectos con los más de 71 encadenamientos, entre ellos 500.000 mil tiendas de barrio y 60.000 recicladores. De allí di el salto al gremio internacional de bebidas.

E.N.D.: ¿Cuál es su misión dentro de esta asociación?

S.L.: Estoy a cargo de coordinar y llevar la voz de la industria en América Latina y el Caribe ante los diferentes grupos de interés: organismos regionales y globales como las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y su rama regional la OPS, la FAO, la OEA y sistemas de integración como Caricom, Mercosur, Alianza del Pacífico, entre otros.

Por esencia, los gremios trabajan por el desarrollo integral del sector que representan, pero con fundamento en el interés general y enmarcados en la búsqueda del bien común. Por esta razón, nuestra misión consiste en compartir y fomentar las buenas prácticas y acciones que las empresas hacen en reducción de azúcar, reciclaje, mejora de los envases, fortalecimiento de las tiendas de barrio, por mencionar algunos de los frentes de trabajo.

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E.N.D.: Fue elegido vocero del sector privado para hacer parte de la Conferencia Regional para América Latina y el Caribe, de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). ¿Qué mensaje envió en este evento?

S.L.: El mensaje central es que necesitamos transformar con urgencia nuestros sistemas alimentarios, dado que, a hoy, 86 millones de personas sobreviven en situación de pobreza extrema y 201 millones se encuentran en situación de pobreza, teniendo en cuenta que solo estamos hablando de América Latina y el Caribe.

En relación con el hambre, sufrimos el punto más alto en veinte años. El número de personas aquejadas de inseguridad alimentaria  grave en la región se incrementó en 27,5 millones entre 2019 y 2020, y de 60,2 millones a 92,8 millones fue el número de habitantes en América Latina y el Caribe que pasaron hambre o un día entero sin comer. 

Vivimos en una época donde actuar es un imperativo moral y creemos que América Latina puede hacer frente a sus desafíos y tiene las posibilidades para estar a la vanguardia de la alimentación. La mejor manera de lograr el objetivo es transformando los sistemas agroalimentarios hacia una mejor producción, nutrición y ambiente.

E.N.D.: Su rol fue enfatizar el trabajo en pro de una transformación para transitar a una agricultura y sistemas agroalimentarios más sostenibles, resilientes y adaptados al cambio climático. ¿Cuéntenos de este propósito y cómo se puede alcanzar?

S.L.: El Representante Regional de la FAO dijo una frase que me marcó: “En América Latina y el Caribe no hay hambre por falta de comida. No hay hambre porque los agricultores no hagan su tarea. La hay porque existe demasiada desigualdad y pobreza”. Y es que, de manera absurda, la mitad de la población que vive en los campos es pobre, 1 de cada 4 personas vive en pobreza extrema, y el 82% de quienes trabajan en la agricultura y en la pesca, lo hacen en informalidad.

La conclusión es que esto se debe transformar y mi rol fue el de insistir y ratificar que el sector privado, agricultores, sector pesquero, acuícola, forestal, ganadero, la industria de alimentos y de bebidas es el aliado necesario para que estas transformaciones se realicen.

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Vivimos en tiempos donde pareciera que hacer industria, ser emprendedor, generar empleo y levantarse temprano a trabajar está mal visto, cuando lo que se requieren son más facilidades, menos trabas, y evitar, a toda costa, situaciones que interrumpan y encarezcan las cadenas de abastecimiento.

E.N.D.: ¿Cuál es su visión sobre la seguridad alimentaria de Colombia? 

S.L.: Todos los actores involucrados reconocemos que la nutrición es fundamental para el desarrollo del país y, de manera acertada, hemos priorizado este tema sensible en la agenda del sector. Un niño menor de 5 años con desnutrición crónica tiene, en promedio, en su vida adulta, 14,6 puntos menos de coeficiente intelectual y 6 años menos de escolaridad.

Ante este panorama, la Primera Dama de la Nación convocó a una Gran Alianza por la Nutrición, entendida como una estrategia que moviliza y coordina a actores públicos, privados y la sociedad civil, entre otros, en torno a la nutrición.

Alineados con el Icbf, la Consejería Presidencial para la Niñez y la Adolescencia, la Cámara de Alimentos de la Andi y muchos más realizan acciones de alto alcance en pro de la disminución de muertes por desnutrición, el fomento de la lactancia maternal, así como el fortalecimiento y la protección del campo como patrimonio.

E.N.D.: ¿Qué recomendación le da al Tolima en materia económica?

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S.L.: Muchos expertos han coincidido en que el Tolima tiene un gran potencial de producción agrícola y una ubicación privilegiada en el país. Según el Sistema de Información de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (Sipsa) del Dane, entre julio y septiembre de 2021, ingresaron a las centrales mayoristas de Colombia 59.731 toneladas de la cosecha agrícola de los departamentos de la región Centro, y el Tolima aportó un poco más de 25.000.

Nuestro mercado más lógico es Bogotá y los esfuerzos deben estar orientados a la ciudad de 8 millones de personas que tenemos justo al lado.

JUAN JOSÉ AGUIRRE Z.