El mercado brasileño de centros comerciales fue sacudido por una noticia bomba a finales de la semana pasada: Argo y Replan, dos respetadas empresas especializadas en la gestión de centros comerciales anunciaron la fusión de sus operaciones.
Para quienes no asocian los nombres con las personas, Replan es la empresa que Leandro Lopes y Felipe Andrade, dos ex ejecutivos de Allos, fundaron hace unos meses, en sociedad con SFA, propiedad de la familia Bretas.
Detrás de Argo está Hugo Matheson, un experimentado líder en la industria de centros comerciales, quien trabajó en Ecisa y fundó EGEC, empresas que dieron origen a brMalls.
Cambios en centros comerciales y su impacto en América Latina
La nueva empresa, constituida formalmente el pasado martes 1 de julio, se llamará Argoplan. Argo y Replan poseerán cada una el 50% de las acciones.




El nuevo actor nace con 30 centros comerciales bajo su gestión, 13 de ellos propios: 7 de la cartera de Replan-SFA y 6 de la de Argo. Los planes son de expansión y el objetivo es cerrar el año con 35 proyectos en cartera.
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Leandro, Felipe, Hugo y Luana Bomfim, también socio de Argo, liderarán la nueva empresa, que se convertirá en la tercera más grande del país en número de centros comerciales gestionados, detrás de Allos y AD Shopping.
Fundada en 2008 por Hugo y su socio Antônio Arbex, Argo creció rápidamente gracias a las relaciones que sus ejecutivos tenían en el mercado. En la pospandemia, fue una de las empresas más beneficiadas, ampliando su cartera con varios centros comerciales independientes, que se dieron cuenta de que el mercado se estaba volviendo desfavorable para quienes no pertenecían a una cadena.
Para seguir creciendo, una alternativa para Argo era una fusión o adquisición. “Tuvimos contactos informales con otras empresas, pero no funcionaron. Cuando supe que Leandro Lopes y Felipe Andrade dejaban Allos, iniciamos una conversación que evolucionó fluidamente y con naturalidad”, recuerda Matheson.
El siguiente paso fue conocer a la familia Bretas, socios de Replan. De ahí al cierre del trato, solo hubo un paso. «No queremos crecer a cualquier precio, pero queremos crecer junto a personas que comparten nuestro mismo ADN», añade Matheson, comentando la impresión positiva que le causó conocer en persona a la familia Bretas y sus valores.
Los beneficios de la unión son numerosos. Felipe Andrade, ahora responsable del área comercial de Argoplan, destaca la importancia de una red sólida para negociar con las principales cadenas minoristas. Pero también ve ventajas en la relación con otros públicos: “Una plataforma más grande resulta más atractiva para minoristas, anunciantes, medios de comunicación e inversores. La escala marca la diferencia”.
Matheson también ve mejoras en el clima organizacional. Según él, «una empresa grande hace que la gente se sienta más motivada». Además, destaca el aspecto de la sostenibilidad y el futuro de la empresa al incorporar «sangre nueva». Algunos se muestran recelosos ante una fusión como esta, admite, pero cree que los empleados deberían preocuparse por las empresas que no tienen planes de crecimiento y terminan estancadas.
La unión de profesionales experimentados y respetados, como los socios de Argoplan, aumenta la visibilidad de la empresa y favorece el surgimiento de nuevos negocios. Matheson y Andrade admiten que las negociaciones ya están en marcha.
Los centros comerciales independientes están en la mira, ya que son los que pueden beneficiarse más rápidamente de las sinergias de una gran red. La búsqueda de activos de fondos de inversión inmobiliaria también está en el horizonte.
“Pero no necesitamos crecer solo a través de la gestión. Podemos participar en activos y generar nuevos negocios a través del área de innovación”, advierte Matheson. Una de las estrategias para diversificar los ingresos mediante la innovación, en opinión de Argoplan, es la captura y monetización de información sobre los visitantes de los centros comerciales de la cadena.
Como venimos diciendo, la consolidación en el mercado de centros comerciales es inevitable, ya que el tamaño y el alcance son —y seguirán siendo— fundamentales para atraer mejores minoristas, reducir costos operativos y optimizar las inversiones en innovación y marketing.
Otros movimientos llegarán en paralelo: activos menos relevantes seguirán saliendo de las carteras de los grandes jugadores, mientras que los centros comerciales independientes buscarán gestionar redes capaces de ofrecer mejores resultados.
En resumen: el baile de los centros comerciales no se detendrá. El baile apenas comienza.
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