
Gritos en las calles, pitos de los carros y abrazos por doquier fueron las reacciones de los colombianos segundos después de que Yeison López alcanzara la ansiada presea de plata.
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El sufrimiento y la tensión, reflejados en las lágrimas del hermano con cada levantamiento, también lo vivió el país entero cuando contuvo la respiración para soltar el júbilo cuando se consolidó el sueño del pesista de Istmina, Chocó.
Lo que el pueblo colombiano ignoraba era que López compitió lesionado. En su diálogo con Caracol Televisión, el pesista manifestó: “El sueño casi se acaba hace una semana”, pues sintió una fuerte molestia muscular que no le permitió entrenar con normalidad.
“No estuve bien”, dijo el deportista para comentar que solo su hermano, su novia y entrenador sabían que no estaba al 100 % para llegar a la cita final de la halterofilia, así que guardó en silencio su lesión y salió a la pista París Sur 6 para darlo todo.
El chocoano afirmó que le “gusta que la familia lo vea fuerte”, por lo que sus padres nunca supieron que el sueño de alcanzar una medalla olímpica estaba en veremos apenas a 7 días de su participación.
Su llanto al final de la competencia fue más allá de la alegría por la gloria conseguida, pues guardaba el dolor físico que soportó en cada levantamiento para darle al país la segunda presea de esta edición de las justas de verano.
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