La fuerza de la caída arrastró por varios metros al corredor francés, que terminó sobre un prado al lado de la carretera, donde fue atendido por el cuerpo médico del Tour.

Con su vestidura rota y la posibilidad de victoria descartada, Rolland se levantó y volvió a tomar rumbo hacia la meta, dando una muestra de fortaleza y persistencia.