“El objetivo era hacerle la castración y dejarlo a la intemperie para que buscara ayuda, pero no matarlo”, dijo a medios locales el abogado de Eduardo Henrique da Silva, uno de los detenidos por el caso.
El jugador fue sorprendido en la cama con la esposa del empresario Edison Brittes Junior, principal sospechoso del crimen y quien también está detenido.
Al respecto, el abogado agregó que Brittes vio fotografías en el teléfono móvil del jugador, imágenes en las que él aparecía acostado con su esposa, abrió el baúl del carro en el que lo llevaban y le cortó el cuello.
El centrocampista jugaba en calidad de cedido en el club Sao Bento, de la segunda división brasileña; su derechos deportivos pertenecían al Sao Paulo.
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