Biles, cuatro veces campeona olímpica en Rio-2016 y 19 veces campeona del mundo, sorprendió al mundo al abandonar en mitad de la competición la final del concurso general por equipos el pasado martes, por “demonios en la cabeza”, como ella misma lo expresó.

Después de ese episodio, fue declarada baja sucesivamente para la final del concurso general individual, de salto, de barras asimétricas y de suelo.

“Nos alegra confirmar que verán a dos gimnastas estadounidenses en la final de barra de equilibrio mañana – ¡Suni Lee y Simone Biles! ¡Con ganas de seguirlas a las dos!”, tuiteó la federación.

Biles aparecía en la lista de inscritos publicada poco antes

A sus 24 años, en sus segundos Juegos Olímpicos, sufre una crisis de autoconfianza, debido a la presión y un problema de pérdida de referencias en el espacio, que pone en peligro físico a esta gimnasta en las acrobacias.

La final de la barra de equilibrio es la última en el programa de la gimnasia artística femenina y es por tanto la última oportunidad de ver a la campeona estadounidense en Tokio.

USA Gymnastics, la federación de Estados Unidos, repetía antes de este último comunicado en cada una de sus comunicaciones que el estado de Biles sería “evaluado diariamente” para decidir la continuación eventual de su competición.

Simone Biles publica regularmente sus estados de ánimo en las redes sociales: “Tengo el derecho a tener límites y a no sentirme mal (por tenerlos, ndlr)”, se podía leer en el texto de un dibujo publicado el domingo.

Estrella anunciada

Hace tres días, había colgado un video que la mostraba cayendo al salir de las barras asimétricas, explicando en qué consistía el fenómeno de los ‘twisties’, que le han hecho perder su facultad de tener referencias en el espacio, lo que puede conducir a un accidente.

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“A los que dicen que renuncio, no renuncio, mi ánimo y mi cuerpo no están simplemente sincronizados, como lo pueden ver aquí”, escribía.

Tras haber tenido un problema en el salto en la final del concurso general por equipos, lo que le condujo a abandonar en el curso de la competición, había explicado con una gran franqueza tener que enfrentarse a sus demonios y decidir preservar su salud mental tras haber sufrido una gran presión para ganar estas últimas semanas.

Biles estaba desde hace meses presentada como “LA” estrella de Juegos de Tokio, con grandes coberturas de revistas y cadenas de televisión.

La campeona estadounidense, cuyos Juegos de Tokio se resumen por el momento a una medalla de plata compartida con el equipo de Estados Unidos, cuando era favorita al menos a cinco títulos, asistió a casi todas las finales desde las tribunas.

Simone Biles, la mejor atleta de todos los tiempos, estaba también en primera fila para asistir este lunes a la victoria de su compatriota Jade Carey en la especialidad de suelo.