Lo que muchos no saben, es que Arenas no soñaba con ser una deportista de alto rendimiento y que fue gracias al padre Jhonatan Darío García que la risaraldanse empezó a interesarse por el atletismo, afirmó el periódico El Tiempo.

“Mientras ella vivía en Calarcá, Quindío programaron una carrera, de la cual hizo parte del lote de competidores, en el que el padre la vio correr. Después de la prueba, García habló con Sandra y le dijo que siguiera en el deporte”, agregó el medio colombiano.

Aunque en un principio Arenas no le paró muchas bolas al sacerdote García y se fue a vivir a Medellín, en 2009 terminó entrando a la Liga de Antioquia, donde el entrenador Libardo Hoyos la colocó en la marcha. Ese mismo año, ganó su primera competencia en un clasificatorio a un departamental de atletismo, señaló el impreso.

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10 años después, la deportista colombiana consiguió el título más importante de su carrera, luego de ganar la medalla de oro y establecer récord en marcha femenina en los Juegos Panamericanos 2019, que se están llevando a cabo en Lima, Perú. Adicionalmente, se posiciona como una de las fuertes atletas nacionales para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020.