Tesapara, nombre del animal, eligió al entrenador como su amo cuando él le ofreció una empanada y “desde ese día, cada vez que llego para trabajar, ella me recibe y ya no se despega de mí”.
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La perrita, que además es conocida y respetada por la afición del equipo vive en las instalaciones del club y, cuando llega el entrenador, no se desprende de él.
“De día es amigable, muy accesible y de mí no se despega. Desde que llegué me acompaña en la cancha, los pasillos, en la oficina… Cuando se pega a mí, no quiere que nadie la quite de mi lado. Ahí está, es mi compañera en el 2 de Mayo, ya nos acostumbramos”, confesó Jara Saguier al medio Crónica de Paraguay.
Comentó que a veces Tesapara logra escabullirse para ubicarse al lado del técnico durante los partidos, y cuando la intentan sacar “los amenaza con un gruñido”, cuando no puede se ubica en las gradas.

Tesapara, de 10 años, además de entrenar con los jugadores tratando de imitar sus movimientos, también celebra los triunfos con los “muchachos”.

“Ella comprende los estados de ánimo. Cuando en el pasillo hay alegría y celebración por el resultado de un partido, ella también festeja con los muchachos. Capta la vibra, la energía”, concluyó el entrenador.
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