El clavadista Orlando Duque llegó a la Península Antártica en busca de un iceberg. Sin embargo, la inestabilidad de los mismos hizo que la tarea se complicara para el colombiano. “(…) Son impredecibles y se pueden voltear en cualquier momento, por eso hay que buscarlos de cierto tamaño, y en algunos casos se puede correr el riesgo de que se desprenda un pedazo de hielo o se dé vuelta”, comentó el colombiano.
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No obstante, Duque, cuidando cada detalle para evitar accidentes, hizo dos saltos oficiales; uno de 12 metros y otro de 20 metros de altura en dos lugares diferentes. Para ellos usó un traje de buceo neopreno, una capucha que sólo deja descubierta la cara, guantes y botas, por las bajas temperaturas del agua y la sensación ambiente.
Orlando cumplió su asignatura pendiente, pues ya había saltado en diferentes países de América, Asia, Europa, África y Oceanía y finalmente lo hizo en la Antártida, el llamado sexto continente.
Con prensa de Red Bull
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