Dejando atrás las críticas y los comentarios que infravaloraban su llegada a las finales del 2021, los Suns se han encargado esta temporada de demostrarle al mundo de la NBA que el haberse quedado a tan solo dos victorias de ganar el anillo, no fue debido a las lesiones que sufrieron sus rivales directos en los playoffs del año pasado.

A día de hoy, con el regreso de Devin Booker, un récord de 53-13 y luego de imponerse ante los Heat en el duelo considerado como una final anticipada, los de Arizona se han convertido en el primer equipo clasificado a postemporada.

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El pasado 2 de marzo, cuando todo pintaba color de rosa para los Suns, los dirigidos por Monty Williams debieron afrontar uno de sus mayores retos esta temporada. Debieron jugar cuatro partidos consecutivos sin la presencia de sus máximas figuras, Chris Paul y Booker, los cuales son fundamentales para el equipo tanto en lo deportivo como en lo mental, y que además,  fue el momento perfecto para que el resto de la plantilla sacara a relucir todo su talento en la cancha.

Finalmente, con un saldo de tres victorias en cuatro partidos, jugadores como Cameron Johnson, Mikal Bridges, Cameron Payne, DeAndre Ayton, Jae Crowder y Landry Shamet sacaron provecho de la situación y con sus armas ofensivas se encargaron de enviarle un mensaje contundente al resto de equipos de la NBA, pues con su desempeño demostraron que el éxito actual del equipo no se debe completamente a los ya mencionados CP3 y Booker.

Así, teniendo el mejor récord de la liga hasta la fecha y siendo el líder de la Conferencia Oeste con una diferencia de ocho victorias a comparación de los Memphis Grizzlies, dueños de la segunda casilla en la tabla de posiciones, los Suns afrontarán sus 16 partidos restantes de temporada regular con la misión de seguir reforzando sus habilidades individuales y colectivas, y de paso seguir afianzándose como la mejor franquicia del oeste para así tener un calendario menos complicado en los próximos playoffs.

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