Luego de la muerte Gonzalo Rodríguez Gacha, alías el mexicano, Millonarios poco a poco fue cayendo en una crisis económica en la década del 90. Posteriormente, la Dirección Nacional de Estupefacientes se quedó con casi el 30% de las acciones del club que pertenecían a la familia del extinto narcotraficante. En 2002 hubo disputas internas por la presidencia de Millonarios y el equipo no consiguió patrocinador.

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Luis ‘Chiqui’ García decidió dejar la dirección técnica en febrero para convertirse en coordinador deportivo y el elegido para reemplazarlo era José Eugenio ‘Cheché’ Hernández. El bogotano era de la casa al haber estado en las divisiones menores, jugar en el equipo de 1978 a 1986 y asistente de Jorge Luis Pinto por unos meses en 1998. Su mayor logro como técnico fue el campeonato con el Cali 1998 y el subcampeonato de la Copa Libertadores de 1999.

Llegar a dirigir a Millonarios es mi sueño y estoy seguro de que algún día lo cumpliré. Sin embargo, en este momento, es imposible para mí separarme de algunos asuntos que tengo en Cali”, explicó el ‘Cheché’ a Citytv. Jorge Franco, presidente de Millonarios, aseguró que sus opositores instigaron al entrenador para que no aceptara. Ya en mayo el presidente era Santiago Rendón, se habló de Reinaldo Rueda u Óscar Héctor Quintabani para dirigir a los embajadores, pero al final el ‘Cheché’ esta vez sí aceptó.

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Héctor Burguez regresó del Atlético Huila, contrataron al defensa Francisco Foronda, al panameño Víctor Herrera como lateral y al volante Oscar Díaz. Pero el peso pesado estaba con los ex Deportivo Cali que se trajo el ‘Cheché’ Hernández. Rubiel Quintana, que venía de Belgrano, y Wilson ‘Wipipe’ Segura directamente desde el Cali fueron los primeros. Arley Betancourt llevaba 6 meses inactivo luego de su paso por Lanús y también se visitó de azul.

La novela se vivió con Mayer Candelo, perteneciente a Vélez Sarsfield, y que su última campaña la había jugado con el Cortuluá. En comienzo se dijo que si la ETB no llegaba como patrocinador no se podía fichar al volante. Nunca llegó el patrocinio, aunque sí llegó Mayer. El vallecaucano apenas pudo debutar en la séptima fecha por problemas de papeleo. El último en incorporarse fue Bréiner Castillo, arquero del Cali.

Millonarios debutó con victoria ganándole al Bucaramanga 4 – 2 en El Campín, luego perdió con Huila y le ganó al Tolima. De ahí en adelante perdió con Santa Fe, Pasto, Quindío, Cali y Real Cartagena. Empató con Unión Magdalena, Nacional, Tolima, volvió a perder con Santa Fe e igualó con Once Caldas. En medio de todo eso salió a la luz la difícil situación económica que vivían los jugadores en lo que se conoció como la época del “arroz con huevo”.

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“El club nos debe entre tres y catorce quincenas”, contó Andrés Pérez. ‘Wipipe’ Segura se quejó: “Si a uno le tocan el bolsillo es muy difícil entrenar con la misma energía”. Marcio Cruz fue más allá: “Me ha tocado recurrir a mis ahorros para pagar la pensión, el arriendo, la comida y el transporte”. Mayer Candelo dijo: “A algunos compañeros les deben desde el semestre pasado, yo llegué hace dos meses y no me han pagado nada”. Incluso el vallecaucano le ayudaba a varios de sus compañeros para que tuvieran para comprar comida.

‘Cheché’ Hernández se marchó luego 13 fechas. “A los directivos les cabe una parte de la culpa por la excesiva demora en los pagos, lo cual, en términos claros, puso a aguantar hambre a los jugadores. Es público que muchos llevan 7 y 8 meses sin recibir un peso y eso, digan lo que digan, desmotiva a cualquiera. Además, Millonarios sigue sin capital patrocinio, está enredado en un proceso de transición que puede salirle carísimo. El descenso no da espera y no da ninguna señal de tener recursos para salir del abismo”.

Mayer Candelo fue el único de los refuerzos que se salvó al demostrar un buen nivel y a pesar de las dificultades continuó en 2003, años más tardes tendría su revancha al ganar la Copa Colombia 2011, el Finalización 2012 y volverse ídolo del club. ‘Cheché’ Hernández con el paso del tiempo pasó de su sueño y amor por Millonarios a enfrentarse con los hinchas. A pesar de ser bogotano aseguró en 2011 cuando dirigía al Junior: “No me gusta el olor de esa ciudad, el frío, el ajiaco, la changua, ¡Ni el hablado!”.