Cuando llegó a Ucrania después de sus vacaciones, Bolívar aseguró que hasta no sentir la primera bomba en Leópolis, ciudad ubicada en el oeste de ese país a cinco horas de Kiev en tren, no haría nada por devolverse a Colombia.

Pues bien, con el comienzo de la ofensiva rusa sobre diferentes ciudades ucranianas, el jugador colombiano se ha declarado en alarma y ha pedido ayuda a la Cancillería para ser repatriado: 

“Yo dije la famosa frase hasta no sentir la primera bomba no me voy de Ucrania, no lo hice por desafiar ni causar publicidad o por arrogancia. Al contrario, lo dije porque me quiero quedar y hacer lo que me gusta que es jugar fútbol y hacer las cosas bien. Pero aquí vale la integridad y el ser humano, debo mirar por mi familia que está preocupada”, le dijo el jugador a la Revista Semana. 

Al respecto, su madre, Gloris Martínez, habló con Noticias RCN y entre lágrimas dio un parte sobre el estado de su hijo en Ucrania: “No le puedo mentir, estoy bastante preocupada, esta mañana que me levanté viendo esa noticia… estoy orándole bastante a Dios y sé que me lo va a cuidar a él y a todos los que están allá”, comentó.

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Además, junto a su esposo han iniciado una cadena de oración para que cese la guerra en ese país y su hijo pueda regresar sano y salvo: “Que tome el control de la situación no solamente por mi niño sino por todas las personas, que sea Dios tomando el control y arregle el conflicto que hay entre los países”. 

La mañana de este jueves el mundo despertó aterrorizado con los diferentes ataques rusos a Ucrania. El despertar de Gilmar fue más terrorífico aún, pues asegura haber sentido un temblor que lo dejó en ‘shock’. 

En dicha entrevista a Semana, contó cómo lo ha ayudado el equipo a mediar en toda esta situación, pues no habla bien el idioma y tiene una traductora que lo ha apoyado y le ha explicado el conflicto:

“Me dan un trato especial porque así lo necesito por el idioma, me explican de manera diferente, me informan lo que pasa. Cancelaron los entrenamientos, nadie puede salir a la calle. Antes era medida preventiva y ahora es obligación no salir a las calles. Estamos buscando la salida porque esto no es un tema que acabe en un par de días, sino que va a seguir”, aseguró. 

Gilmar habla diariamente con sus padres y aunque los mantiene tranquilos, hay incertidumbre por lo que pueda suceder en los próximos días. El jugador espera ser contactado por la cancillería colombiana para recibir algún tipo de ayuda.