Varias veces los directivos han estado involucrados con irregularidades en la boletería de la Selección Colombia. Alguna vez fueron las de un Mundial, en un escándalo que duró varios meses. Al final nunca hubo claridad de lo que pasó con las boletas.

En mayo de 1997, antes de que Colombia asegurara su clasificación a Francia 1998, empezó el tema de las boletas. Álvaro Fina, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, le entregó la exclusividad de venta y distribución de las entradas a Representaciones y Administraciones Mercantiles, RAM Ltda. Algo extraño porque la razón social de la empresa era la comercialización de químicos, farmacéuticos, carros, turismo, licitaciones públicas, e inversiones en el exterior, nada que ver con boletería.

La justificación para el acuerdo era que la propuesta de Jesús Helí Vega, arquitecto, había sido la mejor y que simplemente por formalidad se debía firmar con una empresa. Lo que no contaron desde el comienzo fue que Vega y Alberto Romero, representantes de RAM, eran amigos de Iván Ceballos, Fiscal de la Federación Colombiana de Fútbol. Todo empezó de manera extraña. A mediados de 1997 entró Cupocrédito para hacer una unión temporal con RAM y poder vender paquetes turísticos.

Las grandes crisis en el fútbol colombiano.

De julio de 1997 hasta diciembre hubo todo un carrusel de cesión de contratos. Para hacer la unión temporal se necesitaba una sociedad anónima por lo que nació RAM 1 S.A, pero incluso se firmaron documentos antes de que la empresa se creara. Todo se convirtió en un ida y vuelta de contratos y cesiones para cumplir requisitos. El otro argumento de la FCF era que esta empresa les daba por adelantado el dinero de las boletas.

Lee También

El 12 de junio de 1998, 10 días antes del debut de Colombia en el Mundial, empezó el escándalo. La Fifa le entregó a la FCF 9.600 boletas y de nuevo hubo algo raro; el encargado de recibirlas fue Iván Ceballos ¿Por qué el fiscal realizaba una tarea de logística? De esa totalidad 4.741 le correspondían a RAM para comercializar, el resto a la FCF y 221 boletas se perdieron. “Seguramente nos ocurrió porque no seguimos los pasos debidos y tuvimos un descuido y se nos robaron esas boletas”, se limitó a decir Álvaro Fina a El Tiempo.

Surgió el rumor de que la Fifa investigaría a la FCF por irregularidades en la venta de boletas, pero desde el máximo ente del fútbol afirmaron que no era cierto. RAM le protestó a Cupocrédito porque apenas había vendido 17 paquetes turísticos y que supuestamente unas 1.000 boletas que sobraron debieron regalárselas a los colombianos que presentaran su pasaporte en Francia y quisieran ir al estadio a ver a la Selección Colombia.

Presidentes del Fútbol Colombiano que terminaron en la cárcel o asesinados.

Parecía que todo quedaba ahí hasta que en noviembre Cupocrédito aseguró que le pagó a la FCF cerca de 2 millones de dólares por las 9.600 boletas y solo le dieron 4.600. La Federación respondió que ellos tenían un contrato con RAM y no tenían nada que ver con Cupocrédito. En medio de todo se supo que hubo otras agencias que también recibieron boletas porque tenían convenios anteriores con la FCF. Las 221 boletas que se “perdieron” o robaron las pagó Iván Ceballos. En diciembre de 1998 renunció Fina a su cargo, pero el Comité de la FCF no aceptó su renuncia.

La cuestión era que Cupocrédito le pedía dinero a la FCF por no cumplir y RAM a Cupocrédito porque ellos no habían vendido lo que correspondía. En noviembre de 1999 la Fiscalía General de la Nación entró a investigar a Fina por las 221 boletas que se perdieron y de la que muchos aseguraban que en realidad se revendieron. La FCF le dio la espalda a Iván Ceballos y lo suspendió, el afectado interpuso una tutela por lo que debieron restituirlo en su cargo.

Este escándalo simplemente fue la cuota inicial de lo que pasó en la Copa América 2001. Inexplicablemente Álvaro Fina quiso volverle a dar el contrato a RAM, aunque al final no se supo del todo si tuvieron que ver o no en el marketing. En el torneo que se realizó en Colombia se revivieron los problemas con los contratos y el presidente de la FCF terminaría con una multa y sanción de Coldeportes.