La pérdida de categoría y la revocación de los títulos pedidos este lunes por la Asociación de Consumidores Italiana (Codacons), en caso de que se confirmen las acusaciones, representan solo el último capítulo de una temporada empezada de la peor forma posible para Juventus, dentro y fuera del campo.

A los resultados negativos en la Serie A, en la que Juventus es séptima y a 14 puntos del liderato, se sumó la investigación de la Fiscalía turinesa, que registró la sede del club y descubrió actividades sospechosas en la compraventa de futbolistas gracias a unas interceptaciones telefónicas.

Entre las conversaciones escuchadas, según los medios italianos, también se habla de una “famosa carta que técnicamente no debe existir” referida a Cristiano Ronaldo, fichado en el verano de 2018 procedente del Real Madrid y traspasado en el último mercado al Manchester United.

La compra de Cristiano, por 117 millones de euros al Real Madrid, y su sueldo de 31 millones netos por temporada (60 brutos) representaron un gasto enorme y difícil de sostener para las arcas del club.

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La pandemia del coronavirus, que redujo notablemente los ingresos económicos, agudizaron el problema de un equipo que aprobó la semana pasada un aumento de capital de 399 millones de euros. (Vea también: Video mostró vaciada que Juan Guillermo Cuadrado le pegó a Cristiano Ronaldo en Juventus).

En las conversaciones también hay referencias al entonces jefe del área deportiva Fabio Paratici, salido el pasado verano del Juventus y ahora en el Tottenham inglés, quien consiguió importantes ganancias de capital gracias a la compraventa de futbolistas, en varios casos con valor de mercado voluntariamente inflado.

Según los investigadores de la Fiscalía, el presidente de Juventus, Andrea Agnelli, y el vicepresidente, Pavel Nedved, tenían claras las actividades de Paratici.

También se cree que el club juventino solía realizar una serie de operaciones definidas “espejo”, en las que se intercambiaban jugadores oficialmente con el mismo valor de mercado y “sin movimientos de dinero” que provocaban un “efecto positivo en los balances”.