La pasión y el amor por los animales, y en especial por los caballos, llevó a que Alejandra Montaño, una joven de 23 años que nació y creció en la vereda Tausavita en Ubaté, se convirtiera en bicampeona mundial de vaquería.

Alejandra comenzó la práctica de la vaquería gracias a su padre, Juan Roberto Montañoquien tenía una relación cercana con los caballos por su también reconocido talento para esta tradición vaquera.

“El amor por la vaquería, y por los caballos, nació cuando tenía 15 años. Mi papá me afianzó en el mundo en el que él siempre había estado y comencé a montar. Antes me dedicaba a jugar fútbol y luego tuve que escoger, pero finalmente me decidí por los caballos porque me apasioné mucho por los animales y contaba con el apoyo de muchas personas”, narró.

Su participación en competencias se dio desde que comenzó la práctica de la vaquería. “Obtuve buenos resultados. En el primer año tuve la oportunidad de ganar competencias. Primero comencé en Bogotá, allí gané en distintas disciplinas de montar a caballo y más adelanté lo hice en Medellín.”

En 2016 participó por primera vez en el encuentro Mundial de Vaquería, donde logró el segundo lugar. Su talento y disciplina la llevaron a continuar preparándose y concursando en distintas competencias.  

Un año después, en 2017, volvió a intentarlo y esa vez logró coronarse campeona mundial de esa disciplina. Con el título mundial a cuestas, en 2018 representó a Colombia en la competencia internacional de “Team Roping o Lazo por equipos” en México, donde obtuvo el segundo lugar.

Su amor por los animales la llevó a tomar la decisión de estudiar Medicina Veterinaria y Zootecnia, pero por las competencias, y oportunidades laborales, tuvo que cambiar de universidad. Hoy cursa cuarto semestre de su carrera en la Universidad UDCA.

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Alejandra califica la vaquería como un deporte que exige mucha constancia y disciplina, y el caballo es el complemento para realizar esa práctica.

La joven destaca la importancia de quienes la han impulsado en su proceso, y así como sus padres, agradece a las personas que la han apoyo.

“Gracias a Dios he tenido la oportunidad de contar con una persona que ha sido muy importante para mi carrera como vaquera, y es la señora Ililana Quintero. Ella siempre me ha brindado ese apoyo y me ha acompañado, y también fue una de las primeras personas que me enseñó a disfrutar los caballos y a crear un vínculo con ellos”, precisó.

Para participar en las competencias la preparación es clave. A la hora del certamen, cada vaquero debe llevar su traje tradicional: sombrero, camisa, cinturón, botas, espuelas y lazo.

Este año, Alejandra ganó por segunda vez el campeonato mundial en Cumaral, Meta, y reafirmó su liderazgo en este deporte. Sin embargo, el título tiene una curiosa particularidad, pues no pudo competir con el caballo con el que había entrenado para la competencia, por lo que tuvo que cambiar de equino para ese torneo.

‘Colorado’ fue el caballo escogido para que Alejandra participara en la importante competencia y fue el que le ayudó a conseguir su segunda victoria mundial. “Mi primer campeonato lo gané con un caballo que ya falleció, se llamaba Dusty. Era un animal muy grande y noble; y de cierta forma con Colorado tuve una conexión muy grande porque yo sentí que estaba montando al caballo con el que anteriormente había ganado”, explicó.

Para lo que se viene, Alejandra espera seguir desarrollando su habilidad y competir a nivel internacional en Brasil o Estados Unidospaíses en los que la vaquería es una práctica popular y de gran nivel. Otro de sus objetivos es ganar el mundial de Vaquería de hombres, el cual también se realiza en Cumaral, Meta.