En México 1986 se disputó uno de los partidos emblemáticos en los Mundiales de Fútbol. Por un lado, un polémico gol y por el otro, el que es considerado el mejor gol de la historia. Sin embargo, antes del compromiso se vivió una singular historia con la indumentaria.

Con solo hablar de esa Copa del Mundo se viene a la cabeza una sola selección y un solo jugador, Argentina y Diego Armando Maradona. Antes del torneo la selección no la pasaba tan bien, pues perdió con Francia y Noruega en amistosos, descartó otros partidos contra selecciones y prefirió enfrentar clubes. Uno de ellos el Junior y en Barranquilla empató sin goles. Quién iba a creer que tres meses después esta misma selección sería campeona del mundo.

Con el revolucionario y singular Carlos Salvador Bilardo al mando, Argentina fue de menos a más y logró desempeñar una gran fase de grupos y ganar la instancia de octavos de final dejando en el camino a sus vecinos uruguayos. El camino al título cada vez estaba más cerca pero ahora el rival era Inglaterra. Un duelo que también tenía tintes políticos por la Guerra de las Malvinas.

La razón por la que Bilardo no celebró el Mundial de 1986

El 22 de junio de 1986, Argentina ganó 2 – 1 con dos anotaciones de Diego Armando Maradona. La primera con la polémica ‘Mano de Dios’ y la segunda luego de arrancar antes de la mitad de la cancha y dejar varios rivales en el camino. Aquel triunfo guarda una increíble historia. A falta de 48 horas para el partido la ‘albiceleste’ no tenía camiseta para jugar.

Bilardo era un hombre que no descuidaba detalles y consideraba cada uno de los factores que pudiera ayudar al equipo en su participación mundialista. Al saber las condiciones climáticas de México en pleno verano, mandó a realizar una camiseta que tuviera todas las cualidades que permitiera a sus jugadores tener frescura y ligereza para jugar.

Sin embargo, estas especificaciones solo se usaron en la camiseta titular que los argentinos usaron durante toda la fase de grupos. No obstante, en octavos de final los uruguayos jugaban de blanco por lo que el seleccionado argentino se veía obligado a jugar de azul oscuro. Esta camiseta era más pesada y la textura causaba una gran sudoración que afectaba el rendimiento de los jugadores.

Maradona con camisetas de equipos colombianos

Para cuartos de final, Argentina tenía que volver a usar la azul oscura contra los ingleses que iban de blanco. Bilardo se reunió con el Gerente de la Afa, Rubén Moschella, para buscar una solución. La primera condición era encontrar una casaca con el cuello más abierto.

Es así como Moschella se dio a la tarea de encontrar 22 camisetas con esas especificaciones en alguna tienda de Ciudad de México. Además, luego se debía estampar el logo de Le Coq, marca deportiva, el escudo y los números. En esa búsqueda el Gerente de la AFA encontró una tienda con las camisetas y le pidió el favor al dueño que se las reservara mientras iba a conseguir el aval del técnico. Moschella se dirigió rápido a la concentración del seleccionado con dos modelos a los que Bilardo se negó completamente, pero en ese preciso momento pasó el capitán Maradona y afirmó que una estaba linda para jugar.

Quedaban horas para el histórico partido, ya había camisetas, aunque faltaba adecuarlas con los números y escudos específicos. Era la tarde – noche y en la concentración estaban las empleadas del Club América de México, quienes amablemente se prestaron para cocer y adecuar las camisetas para el partido.

Algo singular en la camiseta fueron los números brillantes con escarcha, ya que estos los consiguieron de tipografía de la selección de rugby. Fue una camiseta con imperfecciones, con números brillantes y un logo de AFA sin laureles. Al final la casaca sería testigo de lo que Maradona haría ese día. Con todo esto, la Argentina salió a realizar uno de los partidos más importantes de la historia del seleccionado argentino y todo con una anécdota única en su indumentaria.

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En mayo de 2022 se subastó la camiseta que utilizó Maradona ese día en el segundo tiempo. La casa de subastas Sothebys fue la encargada de realizar el evento. Un argentino ofreció 7,5 millones de dólares a pocos segundos del final del cierre, pero ganó la oferta de 9 millones de dólares de una persona de la cual no se ha revelado la identidad. Esta camiseta se convirtió en el artículo deportivo más caro de toda la historia.