Gianni Infantino fue reelegido en la edición 73 del congreso de la Fifa, llevado a cabo en Kigali, Ruanda, con delegados de las 211 federaciones nacionales que conforman la entidad.

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El dirigente de 52 años de edad era el único candidato para el puesto, como en su elección de 2019, motivo por el que hubo aclamación en torno a su nombre.

Sin embargo, Lise Klaveness, presidenta de la Federación Noruega, había prevenido que no apoyaría a Infantino, y llevó al orden del día una discusión sobre la “reparación en caso de violación de los derechos humanos” ligada a las muertes en las obras del Mundial de Qatar 2022.

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El mandato del helvético entraría en su última fase como presidente, pues los estatutos prevén ahora 3 mandatos de 4 años como máximo.

No obstante, Infantino ya habría preparado el terreno para seguir hasta 2031, ya que declaró en diciembre que todavía estaba en su “primer mandato” porque su período 2016-2019 estaba incompleto.

El horizonte parece despejado para él si se tiene en  cuenta que propuso “hacer del fútbol algo verdaderamente mundial” y frenar la hegemonía deportiva y económica europea, gracias a los programas de desarrollo con ingresos crecientes para las federaciones de otros continentes, lo que se traduce en votos a su favor.

Es así como se destinan los mismos montos a países como Trinidad y Tobago, Bermudas o Papúa Nueva Guinea que a potencias de la talla de Brasil o a Alemania.

“Seguiré sirviendo a las 211 federación”, celebró Infantino a modo de guiño a quienes lo respaldaron para seguir al frente de la Fifa.