La Selección Colombia jugó su segundo Mundial en Italia 1990 y cayó en octavos de final. “Quizás la celebración exagerada por el empate con los alemanes nos perjudicó, porque somos así, exitistas. De la euforia a la depresión. De la alegría incontenida a las lágrimas sentimentales. Por eso nos seguirán pasando cosas como estas. Nuestros deportistas son capaces de matar al tigre, pero se siguen asustando con el cuero. Ayer andábamos en una torpe infancia. Hoy estamos comenzando el éxito de la adolescencia deportiva. La diferencia entre ser grande y creer ser grande estriba solamente en el trabajo, en el deseo de volver realidad las condiciones innatas de una persona”, escribió Hernán Peláez en El Tiempo.

Esa crítica no cayó bien en Francisco Maturana y dejó de hablar para Caracol Radio, mientras declaró: “El periodismo no le explica a la gente la realidad de las cosas. Se vuelve muy romántico y eufórico. Con Camerún, los periodistas ya daban por ganado ese partido y el jugador lo estaba sintiendo así. La prensa le hizo creer al país que era un partido fácil y no lo era”. Todo se calmó dos años después cuando ‘Pacho’ aceptó dirigir de nuevo a la Tricolor en la Eliminatoria rumbo a USA 1994. Se organizó una reunión con varios periodistas, entre los que estaba Hernán Peláez, y se acordó generar un buen ambiente.

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Todo fue alegría tras la clasificación a la Copa del Mundo y el 5–0 ante Argentina. En Estados Unidos la Selección Colombia perdió ante Rumania y el equipo local. Una de las críticas fue por poner a Anthony de Ávila en vez de Adolfo ‘Tren’ Valencia. Hernán Peláez dijo que el cuerpo técnico era incompetente, mientras que Édgar Perea aseguró que esa decisión se tomó por presiones del Cartel de Cali, los dueños del América. Maturana en el hotel le comunicó a todos los enviados de Caracol Radio que el veto a ese medio de comunicación se restablecía al igual que ocurrió en Italia 1990.

Ese Mundial estuvo lleno de escándalos, lo más grave una amenaza a Maturana y Hernán Darío Gómez si llegaban a alinear a ‘Barrabás’ Gómez. El ‘Bolillo’ le echó la culpa a los periodistas: “La selección está tratada como si fueran un grupo de delincuentes. Las amenazas son secuelas de los comentarios hechos por Hernán Peláez, Iván Mejía y Édgar Perea. Destaparon una pasión que se convirtió en violencia”, aseguró el estratega antioqueño.

Maturana también coincidió con el ‘Bolillo’: “Desde cuando comenzamos a trabajar por este equipo, se dio un aire puro, nuevo al fútbol y el globo que se infló comenzó a flotar con alegría, con cosas positivas. Pero al mismo tiempo, los enemigos que se llaman Hernán Peláez, Édgar Perea e Iván Mejía, comenzaron a lanzarle dardos hasta que dieron en el blanco y la nave comenzó a desinflarse. Mis enemigos terminaron ganando”.

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Más adelante agregó: “Cuando anuncié el cambio de De Ávila me dijeron que lo había hecho a causa de presiones de los Carteles. Esa fue una decisión que tomé por la conveniencia del equipo y en total independencia, por consiguiente, lo que afirmaron en Caracol ese día lo considero ofensivo contra la dignidad de mi persona. Por ello, a pesar de que sé que en ese medio trabajan personas serias y profesionales, desde ese momento tomé la determinación de cortar con ellos mis relaciones periodísticas. Estoy harto de sus comentarios. Me llenaron la copa. Pero el mal ya está hecho”.

Con el paso de los años la relación de Hernán Peláez y Édgar Perea con Maturana se mejoró, incluso los periodistas no ahorraron elogios al técnico y reconocieron su importancia en la historia del fútbol colombiano. De parte de Iván Mejía las críticas continuaron, aunque como dicen el tiempo lo cura todo.