Tras un fuertísimo choque entre el portero y defensor del mismo equipo, Koné se percató de que el guardameta Martin Berkovic estaba en riesgo. Así lo relató en palabras citadas por la Cadena SER:

“Vi que el defensa se movía, así que no estaba preocupado por él. Sin embargo, el portero no se movía, estaba tumbado, y pude ver sus ojos en blanco. Estaba inconsciente o peor. Así que puse un pie sobre su pecho para mantener el brazo izquierdo firme y traté de meter los dedos en su boca. La legua se resbalaba con la saliva y en algún momento me mordió, pero no importa. Todo había terminado en unos pocos segundos, y cuando el portero trató de decir algo, ya sabía que iba a estar bien”

Dice BBC Mundo que en ese momento el jugador “fue declarado el héroe del fútbol”; sin embargo, días después le contó a The Guardian que no era la primera vez que hacía algo parecido. Le ocurrió en Tailandia cuando empezaba en el deporte y otras dos veces en África.

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“Fue mi mamá quien me dijo que si algo malo pasaba en la cancha no debía salir corriendo y pensar que alguien más iba a resolver la situación”, explica Koné, heredero del premio al juego limpio que recibió en la edición pasada el Atlético Nacional de Colombia por su solidaridad con el equipo Chapeocense de Brasil, tras el accidente aéreo que dejó 71 víctimas fatales.