Así, el francés David Lappartient, cabeza de la UCI, cumplió una de sus promesas de campaña y amenaza con una suspensión a los corredores que sigan consumiendo este potente producto, que se vende libremente en Internet.

Hace unos meses, Lappartient explicó a la AFP que “dos tercios más o menos del tramadol detectado a nivel mundial estaban en muestras de ciclistas” (exactamente, el 68 % en las muestras tomadas entre los 35 deportes olímpicos).

A partir de marzo, una primera infracción cometida por un corredor será sancionada con una descalificación del evento y una multa. Una segunda infracción lo será con una suspensión de 5 meses, que será de 9 meses en caso de una nueva infracción.

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En el plano colectivo, un equipo recibirá una multa si dos corredores cometen infracciones por este producto en un plazo de doce meses.

“En el caso de una nueva infracción en el mismo periodo de doce meses, el equipo será suspendido por un periodo de uno a doce meses”, precisa la UCI.

La presencia de tramadol se buscará en gotas de sangre y los análisis se comunicarán al director médico de la UCI en un plazo máximo de 4 a 5 días.

“Sabemos que el factor limitante de la actuación es la capacidad para superar el dolor. Si tenemos un antidolor, podemos apartar el dolor y tener mejores actuaciones”, había explicado David Lappartient.

Según las cifras anunciadas por la UCI, un 4,4 % de los controles en la competición revelan el uso de tramadol, que presenta diferentes efectos secundarios (náuseas, somnolencia, pérdida de la atención pero también riesgo de adicción).

La decisión de la prohibición fue celebrada este miércoles por el Movimiento por un Ciclismo Creíble (MPCC), que agrupa a 7 de los 18 equipos WorldTour y al 76 % de los equipos Continental Pro (segunda división), así como a 326 corredores.