Aunque fue derrotado con un marcador 3-1 a Montevideo, Botafogo logró  clasificar por primera vez a una final de la Copa Libertadores,  y se enfrentará a otro equipo brasileño.

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Los tantos de Peñarol fueron conseguidos por Jaime Báez, a los 30 y a los 65 minutos de juego, y por Facundo Batista a escaso tiempo de finalizar el primer tiempo. Sin embargo, el argentino Thiago Almada descontó los 88.

De esta manera, los visitantes alcanzaron su clasificación gracias a su espectacular victoria 5-0 en el partido de ida de las semifinales, el pasado miércoles en Río de Janeiro.

Ahora el ‘Fogão’ se verá las caras con otro brasileño, Atlético Mineiro, que el martes dejó por el camino al River Plate de Argentina.

Peñarol perdió la oportunidad de jugar una nueva final

Peñarol iba por su undécima final en una copa que ganó en cinco (y ya lejanas) ocasiones, sabiendo que esta vez era prácticamente misión imposible después de la aplastante derrota en la ida.

El DT aurinegro Diego Aguirre puso en cancha todo lo que podía poner. Los de Artur Jorge, en cambio, llegaron a Montevideo con muchas modificaciones en su equipo titular respecto al que dio en casa una exhibición de buen fútbol y eficacia.

Expulsaron a arquero de Peñarol

El clima era caliente, como lo había sido fuera y dentro de la cancha (sobre todo fuera, con incidentes, represión policial, unos 200 uruguayos detenidos) en la ida.

Y en ese ambiente, pautado por las demoras permanentes de los jugadores brasileños, el (muy buen) arquero de Peñarol Washington Aguerre perdió la cabeza, como le sucede a menudo: ya terminó el primer tiempo agredió a su par rival John y fue expulsado por el árbitro chileno Piero Maza. Un suicidio.