Las emociones en Buenos Aires se desbordaron —el martes en El Monumental y el miércoles en La Bombonera—, y tanto el argentino como el brasilero tenían fuertes razones para ello.

Darío Benedetto apenas jugó quince minutos este miércoles, pero le alcanzó ese lapso para anotar dos goles, sus primeros después de once meses, y darle el triunfo a Boca Juniors por 2-0 sobre Palmeiras.

“Yo siempre dije que venía a sumar en Boca desde el lugar que me tocara estar. Hoy por suerte se dieron los goles en una semifinal. Estoy muy contento porque jugamos bien ante un rival muy duro, que planteó un gran partido, sacamos una ventaja importante pero no hay nada definido”, dijo el goleador, que le dedicó el primer gol al médico del plantel de Boca.

“Fueron muchos meses metiéndole esfuerzo para la recuperación; primero el tendón, después un desgarro, venía con muchos traspiés, pero estoy contento por volver a convertir. Volví a convertir y eso es muy importante para un delantero, sobre todo en una semifinal como esta”, amplió.

24 horas antes, Michel, autor del gol con el que el Gremio venció 1-0 a River Plate, vivió de manera especial este triunfo, tras superar varios meses de problemas físicos y personales.

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El volante que entró como titular en el estadio Monumental por el lesionado Luan venía de dejar atrás cinco meses de inactividad por una lesión severa en el muslo derecho, además de haber perdido en ese tiempo a su abuelo, al que le dedicó el gol de la victoria, anotado de cabeza a la salida de un corner al minuto 62.

“Me pasó como una película por la cabeza, por todas las dificultades, el tratamiento, la tristeza por no poder jugar. Fueron cinco meses de mucha lucha. Supe el lunes que iba a jugar… Este gol es muy bienvenido”, señaló.

“Todos sabemos de la importancia de este partido y que había que llegar muy bien preparado, estoy muy contento por haber tenido la oportunidad. Yo nunca dejé de trabajar. Fue muy gratificante lo de esta noche”, agregó.