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El mundo del fútbol se detuvo en un instante de preocupación y solidaridad cuando Evan Ndicka, jugador de la Roma, se desplomó durante el partido contra el Udinese en Údine, norte de Italia. La salud del joven defensa marfileño, de 24 años, se convirtió en la principal preocupación de todos los presentes en el estadio y más allá.
El encuentro entre Udinese y Roma (equipo al que quería dirigir el ‘Profe’ Montoya) se vio abruptamente interrumpido por el dramático suceso. Los minutos finales del partido quedaron suspendidos en el aire, eclipsados por la incertidumbre sobre el estado de salud de Ndicka. Afortunadamente, los informes iniciales indican que su vida no corre peligro, lo que brinda un alivio momentáneo a la tensión que se apoderó del estadio.
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La solidaridad y el apoyo del equipo completo de la Roma fueron evidentes cuando, tras conocer la noticia, decidieron acompañar a su compañero al hospital. En un gesto conmovedor, el autobús del equipo se dirigió al hospital Santa Maria della Misericordia, donde Ndicka estaba siendo atendido, mientras sus compañeros y el cuerpo técnico aguardaban con ansias noticias sobre su estado.
A pesar de la preocupación, hubo un destello de esperanza cuando se informó que Ndicka abandonó el estadio consciente y que estaba siendo sometido a evaluaciones médicas de urgencia en el hospital. Roma, a través de sus redes sociales, expresó su solidaridad y apoyo al jugador en este difícil momento.
A seguito di un malore accusato in campo da Evan Ndicka, #UdineseRoma è stata sospesa.
Il calciatore è cosciente ed è stato trasportato in ospedale per accertamenti.
Forza Evan, siamo tutti con te! 💪#ASRoma
— AS Roma (@OfficialASRoma) April 14, 2024
Mientras tanto, los medios italianos especulan sobre las posibles causas del incidente, sugiriendo que podría haber sido un infarto, aunque se enfatiza que la vida del jugador no está en peligro y que no fue necesario aplicar maniobras de reanimación.
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El partido, en un giro inesperado, quedó suspendido con poco más de diez minutos restantes en el marcador y un empate a uno, después de los goles de Pereyra y el belga Romelu Lukaku, quien marcó el gol número 300 de su carrera. La recuperación de esos minutos finales tendrá que esperar para otro momento, mientras el mundo del fútbol se une en apoyo y esperanza por la pronta recuperación de Ndicka.
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