Edgley, que partió de la ciudad costera de Margate, en el sureste de Inglaterra y terminó su periplo en ese mismo lugar el domingo bajo los gritos de júbilo de los 400 nadadores que acudieron a recibirlo.

“Mucha gente me dijo que no se podía hacer”, afirmó a su llegada, citado en un comunicado de su patrocinador, Red Bull. “Después de haberlo hecho, sería genial ver que la gente cambia su barómetro personal sobre lo que creen que es posible”, agregó.

El deportista nadó hasta 12 horas diarias, también por la noche, y tuvo que enfrentarse a tormentas, picaduras de medusas, dolores musculares, agua helada y la compañía de un tiburón. Durante el trayecto fue acompañado por un navegador a bordo de un catamarán.

En su 74 día de periplo ya había batido el récord de natación en mar por etapas.

Sofía Gómez inmersión de entrenamiento a 81m de profundidad.

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Edgley explicó a la prensa que durante el recorrido comió más de 640 plátanos y se levantaba la moral cantando.

Este deportista, acostumbrado a las pruebas insólitas, había previamente escalado el monte Everest en 19 horas y corrido un maratón tirando de un automóvil de 1,4 toneladas de peso.