Sabemos que pensar en un carro nuevo despierta emoción… ¡Y también sudores fríos! Entre cuotas, intereses, papeleos y la urgencia de llevarte “ya” las llaves, surgen mil preguntas: ¿Será que pago de más por el crédito? ¿Y si mañana suben las tasas de interés? ¿Podré mantener ese pago mensual sin descuadrar mi presupuesto?
Aquí te contamos, sin letras chiquitas, por qué un plan de ahorro programado puede convertirse en tu mejor aliado:
¿Qué es un plan de Ahorro Programado?
Con ChevyPlan® olvídate de los intereses que exprimen tu bolsillo
Imagina que quieres un carro usado de $55 millones. Con ChevyPlan®, al cabo de 72 meses habrías pagado en total $71.087.610, es decir, alrededor de $16 millones en costos operativos (inscripción 3,70 % y administración 0,29 % mensual); sin embargo, con un crédito bancario al 1,41 % mensual, ese mismo vehículo te saldría por $84.626.201, lo que implica casi $29,6 millones en intereses. La diferencia: un ahorro de $13.538.591 en tu bolsillo.
Ahora bien, cada cuota mensual se convierte en tu mini reto de ahorro: mes a mes vas realizando aportes y en cualquier momento, ¡boom!, resultarás adjudicado.
Si eres de los que “lo quiero todo ya”, quizá prefieras un crédito bancario, pero si puedes estirar un poco la ansiedad —digo, la emoción—, tu bolsillo te lo agradecerá luego.
Si bien, mucho se ha dicho sobre este sistema, vale aclarar que los usuarios deben leer detalladamente el contrato, para que tomen decisiones bien informados. Por otra parte, este sistema, lleva más de 30 años operando en Colombia, está vigilado por la Superintendencia de Sociedades y cuenta con el aval de General Motors y la red de Concesionarios Chevrolet.
Al final, ¿Cómo decidir?
Si te horroriza la idea de pagar tu carro casi dos veces, y puedes esperar por tu carro, ChevyPlan® es para ti, pero, si necesitas el carro para “ayer” y prefieres pagar un poco más con la certeza de la fecha de entrega, dale un vistazo al crédito bancario.
Al final, lo importante es que el método que elijas te haga sentir seguro, sin sorpresas a fin de mes. Porque adquirir un carro es puro orgullo, y es el sueño y una meta relevante para muchos colombianos.
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