Contenido Patrocinado Oct 13, 2023 - 4:03 pm

En la Empresa están convencidos de que la generación hidroeléctrica
será clave para enfrentar los riesgos de la variabilidad climática que
estamos viviendo, porque, según señalan, EPM está mejor que nunca.

El Fenómeno de El Niño, un evento climático cíclico que impacta el Océano Pacífico, ha sido históricamente un desafío para la generación de energía hidráulica en EPM. Cada 3 a 5 años, El Niño provoca un aumento de la temperatura del mar y una disminución significativa de las precipitaciones. Esto, a su vez, afecta la capacidad de producción de EPM.

“En 1992 hubo un racionamiento ya que el sistema eléctrico no estaba preparado para enfrentar una sequía de ese nivel porque: primero, era un sector atendido 100 % por el Estado, tenía un parque térmico que nunca operaba ya que no estaba en condiciones para accionar de manera continua. Además, según señala EPM, había un proyecto muy grande en el Guavio que se demoró en su entrada. Estos múltiples sucesos llevaron a que el racionamiento durara casi un año”, afirma el gerente de Mercado de Energía Mayorista de EPM Alberto Mejía.

En respuesta a tales desafíos, las leyes 142 y 143 de 1994 se implementaron con el propósito de prevenir futuros apagones y garantizar la continuidad de la generación eléctrica. Estas leyes permitieron la participación del sector privado en la instalación de plantas de generación hidráulica y térmica. 

Además, introdujeron el mecanismo del “cargo por confiabilidad”, un pago en las facturas de servicios públicos que obliga a todos los generadores a cumplir con sus compromisos de energía firme, imponiendo penalizaciones económicas en caso de incumplimiento.

“Desde que se dió ese cambio en la ley y se estableció la reglamentación del cargo por confiabilidad hemos tenido varios episodios de El Niño, incluso más fuertes que el del año 1992 y no se ha apagado el país, gracias a esos mecanismos que han funcionado bien”, afirma el gerente. 

En el presente, EPM cuenta con embalses que almacenan agua alrededor del 80 % de su capacidad, lo que asegura un suministro estable incluso durante épocas de déficit de lluvias, como se anticipa a principios de 2024. Entre los embalses más importantes están el del Peñol, Riogrande 2 y Miraflores.

Adicionalmente, el proyecto Hidroituango aporta en la generación de energía en Colombia. Para finales de 2023, se espera que Hidroituango aporte 1.200 megavatios, lo que representa el 8 % de la energía del país. A pesar de las condiciones climáticas adversas, las dos unidades actuales de Hidroituango ya generan 600 megavatios de energía firme, atendiendo aproximadamente el 6 % de la demanda actual.

En un contexto global que exige la descarbonización de la generación de energía, Colombia busca transitar hacia fuentes renovables y limpias. El gerente Alberto Mejía destaca que los embalses son complementos ideales para la energía eólica y solar, ya que permiten almacenar energía para su uso cuando no hay sol o viento. 

Esta combinación de recursos energéticos es fundamental para garantizar un suministro confiable y sostenible en un mundo que avanza hacia un futuro más verde.