Después de terminar su bachillerato técnico en el área de mecánica industrial, José Fredy Luna comenzó a trabajar en el día y a estudiar en la noche, como lo hacen millones de colombianos que se esfuerzan al máximo para conseguir sus sueños.

“Estudiaba ingeniería de sistemas, mientras trabajaba como tornero fresador en una empresa de empaques flexibles en el área de mantenimiento. Ahí aprendí el funcionamiento de ese tipo de maquinaria”, recuerda José Fredy, sobre esos días en los que las 24 horas no parecían ser suficientes.

Sin embargo —como también les sucede a muchos colombianos— tuvo que renunciar, porque no le dieron la oportunidad de trabajar en lo que estaba estudiando. Durante casi seis meses buscó un empleo en el que pudiera poner en práctica lo aprendido en los salones de clase, pero no tuvo éxito por la falta de experiencia. 

Así las cosas, José Fredy retomó a su oficio como tornero fresador en una empresa de empaques flexibles, un trabajo que marcó el resto de su vida ya que de ahí brotó su vena de emprendedor.

“Dos años después salí de esta compañía a hacer mantenimientos y asesorías como independiente, aprendiendo mucho más del proceso”, rememora.

Este fue el inicio de Zippol, una pyme que se dedica a la fabricación y comercialización de empaques flexibles para la industria en general, y de la cual hoy José Fredy es su orgulloso gerente. Hoy Zippol da trabajo a más de 30 personas y compite, de tú a tú, con compañías de mucho mayor tamaño y experiencia.

Un apoyo sostenible

Por supuesto, el camino del emprendimiento no estuvo exento de obstáculos, pero estos no frenaron el ímpetu de José Fredy, por el contrario, lo llenaron de valor para que ese sueño que ya se estaba haciendo realidad fuera mucho más ambicioso y retador.

Aquí es donde aparece Davivienda. En 2019, José Fredy se acercó a la Casita Roja en busca de financiamiento para adquirir nueva maquinaria que le permitiera aumentar la capacidad operativa de la planta y conquistar así nuevos clientes y mercados. “Vale la pena adquirir deudas buenas, no hay que temer a recibir este tipo de ayudas”, aconseja José Fredy a otros emprendedores.

Hoy, Davivienda ha impulsado los sueños de 400.000 pymes y ha destinado cupos de 10 billones de pesos para movilizar las pequeñas y medianas empresas colombianas. Este año se celebró la segunda versión de la Feria Pyme Davivienda, en la que se beneficiaron más de 8.000 clientes que accedieron a 3,7 billones de pesos en cupos crediticios.

Además de estos recursos, la Casita Roja pone a la disposición de las pymes alternativas para cimentar un crecimiento estable y duradero. La plataforma Py+, por ejemplo, es un portal de contenido y herramientas gratuitas para pymes, enfocadas a su transformación digital y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías. Hoy, 64.000 empresas y emprendedores están suscritos a Py+. Esta plataforma también se enfoca en fortalecer la educación financiera, aprovechando las nuevas tecnologías para beneficiar sus operaciones comerciales.

Esta combinación de herramientas impacta de manera positiva, genera oportunidades e inculca la producción responsable en emprendedores como José Fredy, uno de tantos colombianos que sabe que el poder de las pymes es verdadero.