Pensando en esto, se creó el proyecto ‘Ciempiés caminos seguros’, cuyo objetivo es mejorar la experiencia de los estudiantes en su trayecto al colegio y de vuelta a casa para que este sea más confiable, seguro y feliz.

Esta iniciativa del Distrito comenzó en abril del año pasado con el colegio La Toscana, en Suba, y a la fecha ya  existen 9 instituciones educativas asociadas al proyecto.

¿Cómo funciona?

Los funcionarios de la Secretaría de Movilidad trazan rutas seguras por las cuales podrán caminar los estudiantes de los colegios donde se ha puesto en marcha el proyecto. Después de tenerlas establecidas, se asignan monitores para que hagan el acompañamiento durante el recorrido.

Mónica Guarín es una de la monitoras del Ciempiés y cuenta que su trabajo consiste en acompañar a los niños mientras juegan y se les enseña sobre las normas de seguridad vial.

Son cerca de 26 los pequeños que caminan con Mónica, quienes van desde los 3 años hasta los 11 años (no hay límites de edad, aunque la mayoría de los participantes son de primaria). En la mañana el recorrido dura 40 minutos, en una de las rutas más largas; mientras que en la tarde esta misma ruta tiene una duración aproximada de una hora, ya que se incluyen juegos.

Los protagonistas del ciempiés

Antes de que existiera el Ciempiés, Melany, una niña de diez años, que vive en la localidad de Suba, tenía que caminar sola para llegar del colegio a su casa porque algunas veces sus familiares no podían ir a recogerla. Ahora, gracias a este proyecto, ella cuenta que se siente más segura porque va acompañada.

La historia de Melany no es aislada, ya que, como ella, son muchos los niños que tienen que desplazarse solos; por lo que el Ciempiés se convierte en una solución que les brinda seguridad desde todos los puntos de vista.

Por otro lado esta Juan, quien cursa grado cuarto en el colegio República Dominicana, y dice que ya no es tan difícil madrugar para ir al colegio porque espera con ansias llegar al punto de encuentro para caminar junto a sus amigos del Ciempiés. Allí disfruta, junto a su mamá, de los juegos que los monitores tienen preparados para ellos.

Su juego favorito es ‘Ojos de Lince’, en el que debe encontrar diferentes imágenes, figuras u objetos a lo largo del camino para ganar  ‘Calletones’, o pegatinas, que se ponen en un tarjetón de juego individual y así ir ascendiendo de nivel.

De este modo, para los pequeños ir al colegio ya no es un camino monótono que recorren con sus padres todos los días, sino que se ha convertido en un espacio para compartir, aprender y divertirse.

Entrega de las primeras insignias

27 niños del colegio República Dominicana recibieron, de la mano del secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, las primeras insignias del Ciempiés Novato, las cuales consiguieron porque a lo largo del programa han completado diferentes misiones de las actividades que desarrollan en sus recorridos.

Los padres son fundamentales en este proyecto

Según cuenta Jessica Kisner, coordinadora del programa, el objetivo del Ciempiés no es quitarles responsabilidades a los padres, sino apoyarlos para que sus hijos tengan una mejor experiencia en los desplazamientos.

Por esto se busca que además del acompañamiento que hacen los monitores, los padres también vayan con ellos.

Margarita Cantillo es madre de uno de los niños que va diariamente en el Ciempiés y ha sido voluntaria del proyecto desde que se puso en marcha en el colegio República Dominicana, de la localidad de Suba. Cuenta que al principio solo iban tres niños en la caravana, pero, con el tiempo, el grupo ha crecido porque entre clases los niños le cuentan a lo otros lo bien que la pasan en sus recorridos para llegar al colegio, y viceversa.

Se espera que a finales de este mes los estudiantes de los colegios Tibabuyes Universal, en Suba, y Nuestra Señora de Nazarteh, en Bosa, puedan empezar a caminar con el programa.