Según un estudio de la Universidad de Harvard, cuando un hombre es la víctima del engaño se afecta directamente su orgullo, autoestima y la hombría, lo que afecta su imagen ante la sociedad, y más con tanto machismo, por lo que no quieren verse aún más susceptibles y prefieren dar un paso hacia un lado.

El artículo continúa abajo

Se cree que cuando es la mujer quien traiciona es porque hay solicitudes de tipo sexual que no están siendo satisfechas, que es un ataque a la hombría, así que perdonar sería aceptar que algo anda mal.

Mientras que los hombres infieles solo sienten cierta angustia con este hecho, para los que reciben la traición el problema es mucho más intenso; presentan cuadros de ira, decepción y depresión, lo que en su escala de dolor ya es demasiado.

Y aquellos que sí dan una segunda oportunidad solo tienen dos motivos para hacerlo: están verdaderamente enamorados o tienen factores económicos que priman en su relación.