La persona tóxica puede ser abusiva, manipuladora, negativa, posesiva o simplemente mala compañía. Son generalmente muy difíciles de llevar y pueden hacer que la otra persona se sienta mal, insegura, ansiosa, triste o incluso enferma.

Las relaciones tóxicas son generalmente muy difíciles de cambiar o dejar, ya que la persona manipuladora puede ser muy seductora o encantadora cuando quiere, lo que hace que la pareja se sienta atrapada.

Si está en una relación tóxica, es importante que busque ayuda para tratar de cambiar la dinámica de la relación o, si es necesario, para dejarla.

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Tipos de relaciones tóxicas:

En el mundo de las relaciones, a veces nos encontramos en medio de una batalla entre lo que sentimos y lo que sabemos. Y, aunque queramos darnos cuenta, nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos involucramos en relaciones tóxicas.

Existen diferentes tipos de relacione y, según Walter Riso, doctor en psicología, podemos clasificarlas en cuatro grandes grupos:

Relaciones de dependencia: en estas relaciones, una de las personas es más dependiente que la otra.

Relaciones de poder: en estas relaciones, una de las personas tiene más poder que la otra.

Relaciones de manipulación: en estas relaciones, una de las personas trata de manipular a la otra para obtener lo que quiere.

Relaciones de posesión: en estas relaciones, una de las personas siente que posee a la otra.

Cada uno de estos tipos de relaciones tóxicas se caracteriza por una dinámica específica que crea una situación de desequilibrio y dolor. Si bien es cierto que todas las relaciones requieren trabajo, cuando estamos en medio de una relación tóxica, es importante reconocerlo y buscar ayuda para salir de ella.

¿Cómo es una relación tóxica?

Según el portal especializado www.psicologia madrid.es, se caracterizan porque se presenta un desequilibrio de poder, donde una persona tiene control sobre la otra. Esto puede ser a través de manipulación, intimidación o amenazas.

A menudo hay una sensación de miedo, inseguridad e impotencia en una relación y esto puede hacer que sea difícil irse, ya que la víctima puede sentir que no tiene adónde acudir. También pueden creer que el abusador cambiará o que las cosas mejorarán.

Las relaciones tóxicas pueden tener un efecto perjudicial en ambas partes involucradas. Puede conducir a problemas de salud física y mental, así como problemas en otras áreas de la vida. 

¿Cómo saber si estoy en una relación tóxica?

Muchas veces, las personas que están en una relación tóxica no se dan cuenta de que están en una hasta que es demasiado tarde. A veces, las señales pueden ser sutiles, o incluso invisibles.

Si sospechas que estás en una, aquí hay algunas preguntas que te ayudarán a confirmarlo

¿Te sientes mal cuando estás con tu pareja?

¿Sientes como si tuvieras que caminar sobre huevos cuando estás con tu pareja para que no se enoje?

¿Te sientes controlado por tu pareja?.

¿Te ha hecho sentir mal acerca de ti mismo?

¿Sientes como si tu pareja te utilizara?

¿Sientes como si tu pareja te manipulara?

¿Sientes como si tu pareja te mintiera?

¿Sientes como si tu pareja te engañara?

¿Sientes como si tu pareja te insultara?

¿Sientes como si tu pareja te hiciera sentir incómodo?

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¿Por qué nos cuesta tanto terminar una relación tóxica?

Muchas personas se encuentran atrapadas en relaciones tóxicas, y aunque saben que es lo mejor para ellas, les cuesta mucho terminar la relación.

Según el psicólogo Walter Riso, hay tres principales razones por las cuales nos cuesta tanto terminar una relación de este tipo: el miedo a lo desconocido, el miedo al rechazo y la dependencia emocional.

Cuando estamos en una relación tóxica conocemos el patrón de conducta de la otra persona y sabemos lo que podemos esperar de ella. Aunque esto no sea ideal, es algo con lo que estamos familiarizados. El miedo a lo desconocido nos hace sentir inseguros y nos impide ver las posibilidades que hay fuera de la relación tóxica.

El miedo al rechazo es otra de las principales razones por las cuales nos cuesta dejar una relación tóxica. Es posible que nos hayamos acostumbrado al afecto y al cariño de la otra persona. Aunque estos gestos sean manipuladores y no se basen en el amor verdadero, nos hacen sentir valorados y nos dan una sensación de seguridad. El miedo al rechazo nos hace creer que no seremos capaces de encontrar a otra persona que nos quiera de verdad.

La dependencia emocional es la tercera y última razón por la cual nos cuesta dejar una relación tóxica. Nuestra autoestima y nuestra confianza suelen verse afectadas. Llegamos a depender de la otra persona para sentirnos bien con nosotros mismos. Esta dependencia emocional hace que nos cueste mucho más terminar la relación, ya que nos sentimos incapaces de afrontar la vida sin la otra persona.

Aunque pueda parecer difícil, terminar una relación tóxica es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos. Intenta identificar el miedo o la dependencia que te impiden dar el paso. Acepta que es normal sentir miedo o inseguridad, pero no dejes que estos sentimientos controlen tu vida. Toma la decisión de terminar la relación y empieza a construir una vida mejor para ti.

*Este artículo fue redactado por Robby Bienestar, una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano.