Los análisis se hicieron a las mujeres hasta que cumplían 30 años y en ellas encontraron que cuando una quedaba en embarazo, a las demás se les despertaba su instinto materno y todo terminaba siendo un efecto imán.

El medio aseguró que es un ‘contagio’ por imitación, pues ver a una disfrutando del proceso hacía que las demás también quisieran experimentarlo, les daba más confianza para tomar riesgo y la capacidad para superar los retos que deparara esta labor.

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Además, encontraron que tan solo se necesitan dos años para que al menos 2 mujeres cercanas a la que se convirtió en madre quedaran en embarazo. No necesariamente deben ser amigas, también aplica para las compañeras de trabajo.

Los especialistas también compararon este efecto femenino con desear la ropa de la otra, tener sexo, querer viajar a los mismos lugares y hasta luchar por un bien común.