El documento explica que los individuos con más diplomas tienen mejores oportunidades laborales, lo que “reduce la ansiedad”.

Además, las personas con mayor instrucción tienen “una tasa de morbilidad menor y una mayor esperanza de vida”, destaca el informe publicado este martes.

Esta conclusión se basa en una investigación realizada en 2014 en varios países europeos y cuyos resultados fueron publicados este año.

En estos países, 8 % de las personas de entre 25 y 64 años afirman haber sufrido depresión en los últimos doce meses. Y “la incidencia de la depresión declarada por los interesados varía sensiblemente en función del nivel de formación”.

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En promedio, el porcentaje de personas que padecen depresión es dos veces mayor entre los adultos sin diplomas del segundo ciclo de enseñanza secundaria (12 %).

La diferencia alcanza 3 puntos porcentuales entre las personas que tienen un diploma de bachiller y las que tienen instrucción superior. “El porcentaje de adultos que afirman sufrir depresión disminuye sucesivamente en función del nivel de formación”, señala el estudio.

La educación “contribuye al desarrollo de una serie de habilidades”, pero estas no tienen el mismo impacto sobre la depresión, matiza el informe. “La construcción de habilidades sociales y emocionales, como la autoestima, tiene más impacto que la adquisición” de competencias matemáticas o literarias.

Por otra parte, la investigación muestra que el porcentaje de mujeres que declaran sufrir depresión es superior al de los hombres, pero “disminuye de forma más fuerte que el de los hombres en función del nivel de formación”.

Aunque la depresión tiene múltiples causas, su riesgo aumenta con el desempleo o la inactividad, dos situaciones que a veces conducen a la soledad y a problemas de dinero. “Aumentar el nivel de capacitación da a las personas mejores herramientas para lidiar con este factor de riesgo”, concluye la OCDE.

AFP