A los perros y los gatos les encanta brincar y jugar con elementos novedosos, así que “un árbol lleno de objetos colgantes y luces parpadeantes puede parecerles un parque de diversiones”, describe Folha de São Paulo.

Tan solo en el Hospital Veterinario Senna Madureira de São Paulo, los accidentes de mascotas en navidad se incrementaron un 150 % entre 1980 y 2016, según cita el diario paulista.

Las causas son variadas: pueden ingerir los elementos decorativos, enredarse con las luces, cortarse con las bolas del árbol que se rompen, padecer caídas de los árboles de Navidad e incluso sufrir descargas eléctricas, con las luces, por eso hay que cuidar a las mascotas como a los niños.

Cuidado con los fuegos artificiales

Los perros tienen una audición especialmente aguda, por lo que pueden presentar un comportamiento agitado y “señales de pánico”, explica el portal Conti Oura, a propósito de los festejos que comienzan en la Noche de las velitas y continúan hasta el Año nuevo.

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“Quien cuida de animales, principalmente en zonas urbanas, deben prestar mucha atención. Cuando entran en pánico, los animales se sienten desorientados y pueden salir a correr sin destino”, agrega el sitio especializado, que recomienda mantenerlos en lugares a los que ya estén acostumbrados.

La cena navideña, un detalle no menor

Los populares festines de las reuniones por novenas de Aguinaldos, Navidad, Año nuevo y más reuniones de fin de año le hacen daño a más de una persona, bien por indigestión, llenura o intoxicación; peligros que también corren los animales de compañía, según analiza un artículo de WebCachorros publicado en enero.

De por sí, “muchos alimentos humanos son un riesgo gigantesco para la salud canina”, y en esta época abundan las uvas pasas, frutas cristalizadas, chocolates y un largo etcétera, que llegan a ser venenosos para ellos, explica el sitio especializado.

La principal sugerencia, en esta época de festejos, es instruir a los visitantes para que se abstengan de alimentar a las mascotas, disponer adecuadamente los residuos de comida (en especial los huesos), y por supuesto, prepararles la cena adecuada, siguiendo la recomendación de su veterinario de confianza.