Los médicos dijeron que padecía encefalitis de Rasmussen, un trastorno que se caracteriza por una “crisis en el sistema locomotor, epilepsia parcial continua y deterioro neuropsicológico progresivo, con alteraciones cognitivas y lingüísticas”, explica BBC Mundo.

De acuerdo con ese medio, los doctores recomendaron la cirugía a temprana edad, debido a que en esa época el cerebro se reajusta solo y sería menos peligroso que para una persona adulta.

Los padres de la mujer se mostraron temerosos ante las secuelas que podría dejar la intervención; sin embargo, procedieron a autorizarla al ver que era la única forma de que su hija se recuperara.

Actualmente, a Jodi se le dificulta realizar algunos movimientos, pero, lo cierto es que lleva una vida como cualquier otra persona: hace cuatro años está casada, vive sola con su marido y es independiente.

Este es un video producido por la BBC que cuenta, más a fondo, su historia:

A pesar de lo extraordinario que es este caso, no es el único en el mundo de personas que viven con solo la mitad de su cerebro. En febrero del año pasado, por ejemplo, la revista People publicó la experiencia de Christina Santhouse.

Esta mujer, al igual que Jodi, tenía encefalitis de Rasmussen, por lo que sus padres decidieron operarla. En el artículo resaltan que su vida transcurrió con normalidad: obtuvo su licencia de conducción a los 17 años, asistió a una universidad de Pensilvania en donde estudio patología y se casó con un escritor ‘freelance’.

En 2010 también se conoció el caso de Cameron Mott, una pequeña de seis años que sufría fuertes convulsiones debido a su rara enfermedad. Según el portal Today, luego de la intervención quirúrgica, la menor volvió al colegio sin ningún problema físico o mental.