Martin Schneider, escritor y editor de una publicación de entretenimiento, relató en una serie de tuits el retroceso laboral al que se enfrentó cuando firmó sus correos electrónicos equivocadamente con el nombre de su colega Nicole Hallberg.

La equivocación fue solo durante una tarde, sin embargo, se dio cuenta de que sus clientes tuvieron un cambio impresionante en la forma como lo trataban, así que decidió poner a prueba un experimento.

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Comenzó su relato explicando que su jefe siempre se quejaba de que Nicole tomaba más tiempo de trabajo con sus clientes. Martin, como supervisor de Nicole, pensaba que se debía a que ella no tenía tanta experiencia como él.

“Pero tenía que monitorear su tiempo y apurarla en nombre del jefe. Ambos odiábamos eso y ella trataba de hacer más rápido su trabajo.

Contó que un día se estaba comunicando con uno de sus clientes a través de correos electrónicos. El cliente, según Martin, “estaba siendo imposible, grosero, altanero e ignoraba sus preguntas”. Lo contradecía y afirmaba que no entendía lo que Martin trataba de explicarle.

“Comencé a cansarme de su mierda y fue cuando noté algo. Gracias a nuestra bandeja de entrada compartida, había estado firmando mis mensajes como Nicole”.

Se dio cuenta de algo que nunca antes había experimentado:

“Él estaba siendo grosero con Nicole, no conmigo. Así que por curiosidad, le escribí al cliente que yo eran Martin y que había tomado el proyecto de Nicole”.

Así que decidió explicarle al cliente que él era Martin y que había estado firmando equivocadamente con el nombre de Nicole. El cliente comenzó a tratarlo mejor, agradecía por sus sugerencias y le respondía casi inmediatamente. “Se convirtió en un cliente ejemplar”, añadió Martin.

“Nota: mi técnica y opiniones nunca cambiaron. La única diferencia era que ahora tenía el nombre de un hombre”.

“Así que le pregunté a Nicole si esto le pasaba todo el tiempo. Me respondió que no todo el tiempo, pero sí muchas veces”.

“Hicimos un experimento. Durante dos semanas cambiamos de nombres. Yo firmé todos los correos como Nicole y ella firmó con mi nombre. En verdad apestó”.

“Estaba en el infierno. Todo lo que preguntaba o sugería era cuestionado. Incluso un cliente preguntó si estaba soltera”.

Explicó que para Nicole fueron las semanas más productivas de su carrera. Se dio cuenta de que por ser mujer, tardaba mucho tiempo en convencer a sus clientes de que merece respeto.

“Yo no era mejor que ella en el trabajo, solo tenía una ventaja invisible”.

“Le mostré esto al jefe pero él no lo entendió. Le dije que estaba bien, pero que yo no volvería a criticar su rapidez con los clientes”.

Los tuits de Martin se viralizaron rápidamente y Nicole, al ver que su jefe no aceptaba la existencia del machismo en ámbitos laborales, decidió renunciar. Ahora trabaja como independiente y se dedica a escribir en su blog, de acuerdo con el portal A plus.

Hombre firmo correos con nombre de mujer
Martin y su compañera Nicole / Twitter @SchneidRemarks y @nickyknacks