Horas antes de fallecer, Freedy le había escrito un mensaje a su esposa en el que le decía estar arrepentido por no haberse aplicado la vacuna, con estas palabras: “Debí haberme puesto esa maldita vacuna”, escribió la víctima de COVID-19 antes de que los médicos lo sedaran, publica el diario británico The Sun.
Freedy vivía en Las Vegas, EE. UU., y trabajaba en un casino y deja 5 hijos: “Nuestros bebés se quedaron sin su papá”, dice Jessica DuPreez, su pareja.
Durante las vacaciones, Freedy y su familia estuvieron en la playa, pero pronto Freedy se comenzó a sentir muy enfermo.
El problema fue que el hombre se quemó demasiado en el sol y se le formaron ampollas en la mayoría de su enrojecido cuerpo, tanto así que una ver regresó a Las Vegas llamó al trabajo para decir que no iba, pues las ampollas y el dolor de piel no lo dejaban mover.




El hombre comenzó a sufrir escalofríos, falta de sueño y perdió el apetito, lo que hizo pensar a su pareja que se trataba de un caso de insolación.
Luego de varios días en que los síntomas no cesaban, fue llevado a un hospital, donde se le diagnosticó COVID-19.
Luego de 6 días internado en el hospital y de detectársele pulmonía en ambos pulmones (también puede presentarse en uno solo), los médicos decidieron intubarlo y a los pocos días falleció.
El diario británico señala además que la esposa de Freedy tampoco estaba vacunada.
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