Que las personas no quieran dejar la comodidad de su cama para trabajar, estudiar o cumplir con un compromiso es algo normal, pero todo se vuelve más preocupante cuando este hecho llega a ser recurrente; a esto, según BBC Mundo, se le llama dysania.

Este problema es un trastorno depresivo grave, que cuando pasa a una etapa crítica a algunas personas les impide mantenerse en pie o hasta sostener un vaso de agua en sus manos. Hay quienes tienden a pensar en regresar a su cama una vez están fuera de ella.

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 Mark Salter, especialista del Colegio de Psiquiatras de Reino Unido, le explicó al medio que quienes padecen este trastorno podrían pasar días en su cama, por esto, hay que analizar la razón de fondo por la que no quieren abandonarla, pues podría ser un temor a encontrarse con el exterior.