Este método de nutrición ha sido proclamado como el más saludable en varias ocasiones, pero esta vez por un panel de 27 especialistas en diferentes ámbitos de la nutrición que fueron reunidos por la publicación US News & World Report, confirmó CNN.

Cada vez las investigaciones han arrojado resultados exitosos para las personas que siguen de cerca cualquiera de estas dietas y, en esta oportunidad, el estudio reveló que hay “casi un 40 % menos de probabilidades” de tener placas y ovillos en el tejido cerebral para ser diagnosticados con alzhéimer.

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Con incorporar solo una categoría de alimentos de cualquiera de las dietas, como, por ejemplo, comer las cantidades recomendadas de verduras o frutas, se redujo la acumulación de amiloide en el cerebro a un nivel similar a tener unos cuatro años menos, según información del estudio, recogida por el mismo medio noticioso.

“Hacer una simple modificación en la dieta —como agregar más verduras, bayas, granos integrales, aceite de oliva y pescado— puede retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer o reducir el riesgo de demencia al envejecer”, dijo la autora del estudio, Puja Agarwal, profesora asistente de medicina interna en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago.

Qué es la dieta mediterránea

De acuerdo con Medline Plus, esta dieta es oriunda del mar mediterráneo y consta de menos carnes y carbohidratos. También tiene más alimentos a base de vegetales y grasa monoinsaturada (buena).

Se centra en la cocina basada en plantas. La mayor parte de cada comida debe consistir en frutas y verduras, cereales integrales, frijoles y semillas, junto con algunas nueces. Hay un fuerte énfasis en el aceite de oliva virgen extra. La mantequilla y otras grasas se consumen rara vez, si es que se consumen. Los dulces y productos elaborados con azúcar refinada o harina son casi nulos.

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Las comidas pueden incluir huevos, lácteos y aves de corral, pero en porciones mucho más pequeñas que en la dieta occidental tradicional. Sin embargo, el pescado, que está lleno de omega-3 que estimula el cerebro, es un alimento básico.

Algunos estudios han encontrado que esta forma de comer puede prevenir el deterioro cognitivo, pero también ayuda al corazón, reduce la diabetes, previene la pérdida ósea y fomenta la pérdida de peso.

De qué se trata la dieta MIND

Fue desarrollada en 2015 con el objetivo de llevar la dieta mediterránea al siguiente nivel, enfocándola en la salud del cerebro. En lugar de proporcionar una instrucción general (coma más verduras y frutas) como lo hace la dieta mediterránea, la dieta MIND recomienda cantidades específicas de alimentos saludables para el cerebro, dijo Puja Agarwal, autora del estudio.

Por ejemplo, las verduras de hoja verde —cuanto más oscuras mejor— deben consumirse todos los días de la semana en la dieta MIND. Estas incluyen rúcula, col rizada, hojas de diente de león, escarola, hojas de parra, hojas de mostaza, lechuga romana, espinacas, acelgas y hojas de nabo.